Mercados: la irrupción de una empresa china de IA hizo temblar a Wall Street y afectó a las acciones argentinas
El aumento de descargas de DeepSeek provocó que los títulos de grandes firmas como Nvidia sufrieran caídas en torno al 17%. Esto impactó a su vez en los activos nacionales y el Merval, que se desplomó un 4,9%.
La irrupción de la empresa china DeepSeek en el mundo de la Inteligencia Artificial (IA) provocó este lunes la desestabilización de Wall Street, en donde las acciones de grandes firmas de tecnología, como Nvidia, sufrieron caídas de hasta el 16,9%. Esto afectó a su vez a los activos argentinos tanto en la bolsa de Nueva York como en la porteña, por lo que el índice Merval se desplomó un 4,9%.
La tendencia a la baja de la compañía de software -que hasta el viernes pasado era la de mayor valor del mundo-, era seguida por Advanced Micro Devices (AMD), con el 6,3%; Alphabet Inc. (-4,1%); Intel Corporation (-2,4%) y General Electric (-1,1%).
Estas caídas arrastraron al índice tecnológico Nasqad, que bien entrada la tarde mostraba una retracción del 2,9%. En tanto, en el plano local, el S&P Merval se hundía 4,9% a 2.439.098,66 puntos básicos, motivado principalmente por el recorte de los papeles de BBVA (-8%); Grupo Financiero Galicia (-7,52%); Banco Supervielle (-6,21%) y Banco Macro (-6,17%).
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Por su parte, entre las acciones que más descendían en Wall Street se encontraban las de Banco Macro (-6,4%); BBVA (-6%); IRSA (-5,2%); Grupo Financiero Galicia (-5%); Transportadora Gas del Sur (-3,7%) y Cresud (-3,4%).
La turbulenta actividad de este lunes se debió al crecimiento de descargas de DeepSeek y su plataforma de IA, superando incluso a ChatGPT, a la que desbancó como la aplicación gratuita con mejor puntaje en la tienda Apple App Store de Estados Unidos.
Según los expertos, el desarrollo de la start up china es altamente eficiente en costos -ínfimos a comparación de compañías como Nvdia, Meta y Google-, además de tener la particularidad de que puede usarse sin conexión a internet.
Asimismo, explican que no sólo es más económica, sino que para su funcionamiento necesita chips menos potentes, por lo que pone en tela de juicio el negocio de las firmas que se dedican a su fabricación.