El Gobierno afronta entre martes y miércoles vencimientos de deuda con el Fondo Monetario Internacional por unos USD 3.400 millones, a los que hará frente a través del swap con China. Este martes vence un pago de capital por USD 2.600 millones y el miércoles otro de intereses, por USD 800 millones

Hasta el momento, las reservas se encuentran en una cifra cercana a los USD 24.500 millones, por lo que una vez realizados los desembolsos caerán a los USD 21.000 millones, la cifra más baja de la gestión Alberto Fernández. A pesar de esto, desde Economía son optimistas y aseguran que el impacto no será tan fuerte

El ministro de Economía y candidato presidencial por Unión por la Patria, Sergio Massa, había adelantado la semana pasada que el país iba a cancelar los vencimientos a través del swap chino “para que no haya incertidumbre alrededor de ese tema” y el mercado cambiario no se altere. 

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Asimismo, el equipo económico aspira a que se acelere la liquidación de divisas a partir de la extensión del dólar soja al resto de las actividades exportadoras, hasta el 30 de noviembre próximo.

A principios de octubre, Massa había optado por “la liberación de yuanes del swap chino”, como medida para evitar una devaluación previa a las elecciones. Dicha decisión la tomó en un contexto adverso, en el que las reservas netas se encontraban negativas (entre US$7.000 y US$10.000 millones) y en medio de la corrida cambiaria. 

Además, en junio, julio y agosto, ante la negativa del Fondo a girarle recursos, la Argentina recurrió a distintos prestamistas, como CAF, China y Qatar, para cancelar vencimientos con el órgano internacional. 

Antes del balotaje del 19 de noviembre próximo, habrá otro vencimiento con el FMI, por otros USD 800 millones y se prevé que comenzará otra auditoría, de la que dependerá la liberación de otros USD 3.400 millones. 

Argentina utilizó por primera vez los yuanes de libre disponibilidad del intercambio de monedas con China para pagar al organismo internacional en junio último, cuando se demoraba la aprobación de la quinta revisión del programa, que luego fue aprobada junto con la sexta, a fines de agosto.

"Es de interés para el FMI seguir trabajando con la Argentina con un consenso tan amplio como sea posible para garantizar la estabilidad y la prosperidad del país", afirmó la vocera del organismo multilateral, Julie Kozack, durante su último contacto con la prensa a fines de septiembre último.

El Fondo plantea un escenario base de las expectativas macroeconómicas y de las metas del programa acordado: para 2023 prevé una caída del PBI de 2,5%, "debido al impacto mayor de lo previsto de la sequía y políticas macroeconómicas más estrictas durante el resto del año", y mantuvo la meta anual de 1,9% del déficit fiscal.

No obstante, también estimó una recuperación en las cuentas externas hasta fin de año, en parte por el fin de la sequía y la puesta en marcha del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, lo que permitiría a la Argentina alcanzar la meta de acumular USD 1.000 millones netos en 2023, según se desprende de los números que maneja el organismos multilateral.