El dólar oficial subió por quinta rueda consecutiva este viernes y volvió a ampliar su brecha con respecto al blue, provocando un contraste en comparación a la relación entre ambas monedas en los últimos años. El primero operó a $1.215,70 -un aumento de casi $16 sobre el jueves- mientras que el segundo lo hizo a $1.180, con una suba de $10. Tres motivos fundamentales explican este fenómeno.

En primer lugar, el nuevo escenario se encuadra en el proceso del nuevo esquema cambiario, con el fin del cepo y el ingreso a un sistema de flotación entre bandas. La posibilidad de comprar el billete verde sin límites desincentivó en la sociedad la búsqueda de cuevas y otros operadores. 

De esta forma, el informal perdió el rol fundamental que cumplía, en tanto única herramienta a disposición para personas físicas y jurídicas de dolarizarse. 

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En segundo lugar, las medidas económicas generaron una tendencia de mayor oferta y menor demanda en el blue. Sobre todo a fin de mes, las empresas y organismos públicos solicitan una mayor cantidad de dólares oficiales para pagar vencimiento de deudas, lo cual genera una fuerte presión.

Por el contrario, el paralelo no solo no recibe el efecto, sino que también se nutre de aquellos particulares que salen a vender para adquirir pesos, con el objetivo de atravesar sin problemas a nivel económico los últimos días del mes hasta cobrar el salario. 

Por último, la falta de referencia institucional también es clave para comprender los movimientos. El precio del minorista se refleja en lo publicado por el Banco Nación, el cual también funciona como base para el resto de las entidades bancarias. 

Sin embargo, el blue no cuenta con semejante mecanismo, por lo que su reacción ante los posibles desplazamientos del mercado es más lenta. Su valor también es producto de una negociación constante entre los diferentes operadores.