Con la excusa de la "herencia" agotada, golpea al Gobierno la primera recesión
Con la hipótesis de la herencia recibida agotada, la primera recesión plena de Cambiemos golpea los números macroeconómicos del Gobierno en un año en el cual hasta los analistas más pesimistas proyectaban cerca de tres puntos de crecimiento del PIB. La historia reciente ratifica la economía "serrucho” que sufre el país: se trata de la quinta recesión en la última década.
Tomando en cuenta los años kirchneristas y los tres años que está cumpliendo Cambiemos, Argentina atravesó cinco períodos de recesión (cuando la economía se contrae dos trimestres consecutivos). Néstor Kirchner fue el único Presidente que no afrontó ningún período recesivo: entre 2003 y 2007, la economía creció sin pausas a un ritmo cercano al 9% anual (en total, el PIB creció 43% en los cuatro años de su mandato). En parte, el espectacular crecimiento se debe a la previa devaluación llevada adelante por Eduardo Duhalde.
Una vez consumado el crecimiento constante del primer mandato kirchnerista, la primera recesión de la era kirchnerista le tocó a Cristina Kirchner en su primer año. Según consigna LaNación, la economía decreció entre el último trimestre de 2008 y el segundo de 2009. La disputa entre el Gobierno y el campo, con Martín Lousteau como ministro de Economía y con el proyecto de la ley 125 como eje de batalla, el PIB se contrajo cerca del 10 por ciento en esos nueve meses.
La segunda recesión que golpeó al Gobierno de Cristina se produjo casi cuatro años más tarde, a principios de 2012. La consecuencia fue una contracción de la economía de 5 puntos, catalizada por la desconfianza de los mercados y la política de cepo cambiario que comenzó a fines de 2011.
"Las dos últimas recesiones después de la crisis de 2002 fueron las más duraderas, cuatro trimestres cada una, pero las más tenues, pues la economía "solo" se contrajo entre 3% y 4% en cada episodio. Una fue entre fines de 2013 y mediados de 2014, impulsada por el inicio de la crisis de los holdouts al final de 2013 y una fallida devaluación del peso en enero de 2014. La última se inició en el tercer trimestre de 2015, impulsada por la incertidumbre sobre un potencial ajuste poselecciones, y se acentuó con la salida del cepo y la suba de tarifas, ya con el nuevo gobierno”, consigna el economista Marcos Buscaglia en LaNación.
La quinta recesión de la década pero primera pura del Gobierno de Mauricio Macri tiene varias aristas. En primer lugar, la normalización de las tarifas, que acentuaron el período inflacionario, explican en parte la crisis de consumo. Además, factores como la mala cosecha, que tuvo un costo de más de 8 mil millones de dólares para las arcas públicas, es otro aliciente de la nueva contracción del PIB. En tanto, la pérdida de confianza de los mercados, la crisis cambiaria y los errores en la política monetaria se suman a las explicaciones.
De todos modos, la contracción apunta a ser pequeña y no durar más de tres trimestres, por lo que es probable que el Gobierno logre que en el año electoral la economía vuelva a mostrar señales de crecimiento, auxiliado por un incremento del gasto público orientado a las obras de infraestructura, tal como sucedió en 2017.