En esta contienda electoral, señala Carlos Pagni, la economía penetra más que nunca. Un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional difícil de pagar, la inflación que no cede y se recalcula todo el tiempo al alza, la recesión permanente y la multiplicidad de recetas de distinta índole para encauzar el barco, convergen en un proceso signado por la incertidumbre. Si Cristina Kirchner era la llave de la victoria oficialista, en la Casa Rosada admiten hoy que incluso esa estrategia puede fallar. ¿Quién está más atado? ¿El gobierno al Fondo o el Fondo al gobierno?

El analista político de la nación da cuenta de dos fenómenos que suceden al mismo tiempo, uno en el oficialismo y otro en la principal fuerza opositora. La imagen de Mauricio Macri cae en las encuestas de opinión pero el presidente mantiene su intención de voto. Cristina Kirchner, por su parte, prefiere no anunciar su candidatura ni salir en público debido a que eso puede hacerle perder adeptos.

Ambas situaciones son las dos caras de una misma moneda: las preferencias de los votantes no se mueven por la adhesión, sino por el rechazo. Según Pagni, para morigerar este impacto, Macri lleva a cabo un “indulto” de si mismo y apela a 100 años de historia -una inusualidad en sus discursos- para explicar las patologías del país que busca corregir. “Macri prefiere, hasta fines de julio, dirigirse a su feligresía más incondicional”, sintetizó Pagni.

Economía: revela Pagni el plan del Gobierno que contradice las máximas de un FMI atado a Macri

Carlos Pagni, editorialista de La Nación.

Macri confía, en ese sentido, en que si logra que la situación económica mejore lo mínimo -o que al menos no empeore- podrá contar con el voto de aquellos que rechazan a Cristina. La pregunta que busca medir el oficialismo es qué existe más hoy en el electorado: si antimacrismo o antikirchnerismo. En 2015 alcanzó para ganar, pero la economía del presente podría dar vuelta las cantidades.

“El regreso de Vidal, Larreta y los radicales a la consola de las decisiones electorales tiene un efecto directo sobre la economía. Ellos, en especial Vidal, comenzarán a reclamar una flexibilización del acuerdo con el Fondo. Ya se lanzaron a la política de precios: Gelbard, Mazzorín, Moreno... ahora, Sica. Una segunda frontera es la monetaria. Un economista sagaz, que fue funcionario del Gobierno, sostiene: 'Con una inflación alta, derivada de los costos y la incertidumbre cambiaria, lo único que se consigue con esta receta monetaria es agravar la recesión'”, postuló Pagni.

El gobierno busca que el FMI habilite una serie de medidas para paliar la crisis en tiempos electorales. Aunque estas se contradigan con las máximas del FMI, Pagni señaló lo que economistas oficialistas postulan puertas adentro: "Lagarde y Lipton deben entender que si por culpa de ellos regresa el kirchnerismo irán a defender el tipo de cambio flotante a alguna universidad. Porque su carrera en el Fondo habrá terminado antes que la de Macri".