La policía encontró 400 kilos de cocaína ocultas en 12 valijas dentro de la Embajada de Rusia en Argentina. ¡389 kilos de cocaína en 360 paquetes! Este descubrimiento impactante ocurrió en diciembre de 2016 y sucedió gracias a que el propio embajador alertó a las autoridades al respecto. Pero lo más interesante pasó después.

Al tratarse de un terreno “sagrado”, protegido con inmunidad diplomática, un subinspector de la Policía de la Ciudad y un exfuncionario ruso pudieron llevar a cabo el tráfico de drogas aprovechando la protección. Al encontrar los bultos, las autoridades decidieron elaborar un plan para descubrir a los autores del delito. Cambiaron la cocaína por harina, le introdujeron un gps escondido y las dejaron exactamente como estaban antes. Además, “pincharon” los teléfonos de los sospechosos y se dedicaron a esperar.

Las valijas habían sido traídas en julio de 2016 por un ex contador ruso de la sede, que dejó su cargo ese mismo año y retornó a su país de origen. Un año duró el operativo, en el que gracias a las escuchas descubrieron que el destino de la mercadería era Rusia y algunos países de Europa.

El operativo iba a ser sencillo: gracias a su calidad de diplomáticas las valijas no iban a ser sometidas al control aeroportuario. Los bultos diplomáticos no pasan escaners ni pueden ser abiertos por la policía local. Igualmente, para evitar el posible control de perros, los delincuentes pusieron pastillas de inodoro junto a las drogas para que no olfateen la supuesta cocaína.

Drogas, dinero y excesos: el escándalo de las valijas diplomáticas

Aprovechando un vuelo oficial, gracias a una mudanza de la embajada, enviaron las valijas hacia Moscú, pero allí los estaría esperando la policía. Cuando tres hombres se acercaron a retirar los bultos en el aeropuerto, fueron capturados. Entre ellos, se encontraba el ex funcionario que había organizado el operativo.

Sin embargo, todavía quedaba apresar a la pata local de la organización. Sin difundir la noticia, esperaron tres meses hasta que ayer pudieron detener al subinspector de la Policía de la Ciudad, Iván Blizniouk. Por su manejo del idioma, se desempeñaba como enlace con el Ministerio del Interior de Rusia. Ambos organismos tienen un convenio, en el que varios agentes de la Ciudad han ido a distintos institutos de ese país para capacitarse y realizar cursos. Con esta excusa, había libre relación entre la fuerza local y la inmunidad internacional. Un pasadizo directo para el tráfico encubierto.

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Inmunidad diplomática

Con este caso, se pone nuevamente en agenda la duda sobre la falta de controles en los bultos de las embajadas. ¿La protección es realmente efectivo o un pasaje al tráfico de drogas, dinero y armas? ¿Deberían tener algún tipo de control?

La declarada “inmunidad diplomática” surgió de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, en 1964. “Los archivos y documentos de la misión son siempre inviolables, donde quiera que se hallen”. Además estipula que “la valija diplomática no podrá ser abierta ni retenida” y “los bultos que constituyan la valija diplomática deberán ir provistos de signos exteriores visibles indicadores de su carácter y sólo podrán contener documentos diplomáticos u objetos de uso oficial”.

Pero en Argentina no es la primera vez que tenemos inconvenientes con “narcovalijas”:

Southerwinds y 58,900 kilos de cocaína

El 17 de septiembre de 2004 salieron de Buenos Aires cuatro valijas que, como única identificación, tenían etiquetas que decían “Embajada Argentina en España”. Las valijas fueron descargadas en el aeropuerto madrileño de Barajas ese mismo día. Pero nadie las recogió y eso hizo sospechar a la Guardia Civil: las revisaron y se descubrió que dentro cargaban 58,900 kilos de cocaína.

El escándalo se hizo aún mayor cuando se supo que uno de los acusados era Walter Beltrame, encargado de pasajeros frecuentes de SW e hijo del por entonces jefe de Seguridad del Aeropuerto de Ezeiza, comodoro Eduardo Beltrame.

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