El caso de los cuadernos salpicó a ex funcionarios y empresarios. Reveló una verdadera red de corrupción que puso en primera plana a pesos pesados. Sin embargo, hubo un factor que también se vio perjudicado que no estaba en los planes: la economía argentina.

Debilitado, el sistema financiero sufrió un nuevo revés con la caída de la actividad económica en mayo del 5,8%, un dólar que trepa a 29,50 pesos y el riesgo país marco niveles récord. A su vez, las posibles inversiones no llegan con un argumento que golpea al Gobierno: la credibilidad y la desconfianza.

¿La peor noticia para Cambiemos? En un contexto inoportuno, llegarán enviados de Christine Lagarde para controlar los números del país en el primer tramo del acuerdo stand by firmado con la Argentina. Arribará el economista italiano Roberto Caldarelli en representación del organismo internacional.

En la Casa Rosada coinciden en que la visita no podría haber ocurrido en un peor momento, en medio del escándalo de los cuadernos y los sobornos y con la presentación de la inflación de julio, que se espera que supere el 3,5% y avance hacia la cifra anual que en el Gobierno no quieren ver: 32%.

El martes llegará el enviado de Lagarde para controlar la situación económica de la Argentina

La semana pasada, en Buenos Aires se recibió la novedad de que el FMI ya menciona abiertamente en Washington sobre las diferencias sobre cómo encarar el ajuste comprometido para lograr el 1,3% de déficit fiscal para el próximo año.

Un dato llamativo ocurrirá con la visita de la delegación del Fondo. Incluirá en esta ocasión reuniones con economistas independientes y referentes de la oposición. Los hombres de Lagarde quieren conocer los planes reales del Gobierno para lograr el déficit prometido el próximo año. Y planean conocer la opinión de los sectores que estén en disidencia con la Casa Rosada.

El ajuste del Gobierno avanza y no se detendrá hasta cumplir lo prometido por el FMI. Las dudas sobre la mesa serán si se podrán alcanzar las metas de inflación de este año bajo las condiciones del organismo y la reducción del déficit para el próximo año. No viene Lagarde, pero sí su gente para poner bajo la lupa el acuerdo, mientras el dólar avanza y la actividad económica cae nuevamente.