Fue un año lleno de sucesos importantes para los que amamos a este deporte, pero seamos sinceros: a pocos les importa de verdad si Messi alcanzó un nuevo récord y ese tipo de cosas. Hablemos de lo importante, o sea, de los escándalos de este año que ya se va, y que tanto nos han divertido. Puesto por puesto, los más relevantes, acá están, estos son:

10- Icardi a la Selección

Estaban los que no lo querían, porque si andaba con la ex de un amigo tampoco podía respetar los códigos de un vestuario. Y estaban los que sí lo querían, porque en la Selección tienen que estar los mejores más allá de las cuestiones personales.

Lo cierto fue que Sampaoli terminó convocando a Mauro Icardi para las últimas fechas de las Eliminatorias y el capitán del Inter estuvo a la altura de lo que se esperaba de él: goles insólitamente errados frente a rivales inferiores y mucha intranscendencia. Perdió el puesto con ¡Benedetto! y ahora Higuaín (que recuperó terreno gracias a una sutil (?) opereta periodística) y Lautaro Martínez (viene tocando bocina con muchos goles y poco marketing) podrían dejar al representado de Wanda Nara afuera de la lista para Rusia. Un fiasco.

9- El tatuaje de Benedetto

Sí, lo de Icardi fue un fracaso. Pero lo de Benedetto en el equipo de todos y todas ni siquiera llegó a eso, porque el Pipa, el jugador del que nada se esperaba, nada hizo. Para colmo, unos meses después, el goleador se rompió los ligamentos en el partido contra Racing y puso en duda su participación en el Mundial. Duda que fue rápidamente disipada: cuando lo fueron a operar le encontraron una infección en un tatuaje que se había hecho sobre la rodilla lesionada y la operación tuvo que ser aplazada por varios días más. Chau Rusia, hola profesionalismo.

8- Neymar al PSG

Muchos decían que Messi, Suárez y Neymar, el tridente del Barcelona, nunca se iba a separar. Pero el brasileño se cansó de ser la sombra de Messi, el PSG puso los 222 palos euros de la cláusula de recisión y chau al "Mes que un Club”, al tuit de Piqué festejando "Se queda" durante las negociaciones y a su supuesto amor por la camiseta.

Lo putearon en todos los idiomas, sobre todo en esa lengua de dudosa legitimidad (?) que es el catalán, pero igual Neymar se mandó a mudar a París. El Barcelona trajo desesperado a Dembelé (150 millones, 2 partidos y se rompió). El DT Valverde entendió que había que aflojar con el humo y ponerse a laburar. Armó un sólido 4-4-2 y hoy en Cataluña nadie se acuerda de Ney, que vive en un cumpleaños interminable con sus amigos en Francia. Obligatorio seguirlo en Instagram.

7- Chau Cocca

Volvió a Racing para solucionar las múltiples metidas de patas que se mandaron los dirigentes desde el retiro de Diego Milito en el 2015. Pero la segunda etapa de Diego Cocca fue una pesadilla. Había arrancado bien porque no hay que hacer demasiado para ser mejor que Zielinski, pero cuando Blanco vendió a Bou y Acuña todo se fue al diablo, literalmente.

Le trajeron todo lo que pidió, pero se peleó con el plantel y con los empleados del club, y para cerrar el año perdió de local con la cuarta división de Independiente. Renunció con lágrimas en los ojos, pero a los tres días el Xolos de México anunció su contratación. Hay malpensados que dicen que ya tenía todo arreglado desde antes, pero nosotros elegimos no creer (?).

6- El doping de Paolo Guerrero

Con Perú a punto de clasificar a un Mundial después de 36 años, el delantero del Flamengo, uno de los mejores de Sudamérica, se le ocurrió ingerir vaya a saber qué cosa antes del 0-0 con Argentina por las Eliminatorias. El control antidoping dio positivo un par de semanas antes del repechaje con Nueva Zelanda.

Por suerte para Perú no fue necesario para derrotar a un grupo de futbolistas casi amateurs, mientras Guerrero llevaba adelante un raid mediático para defenderse. Finalmente, la FIFA lo sancionó por seis meses, por lo que el gran Paolo llegará a jugar en Rusia. Todos contentos, excepto el Flamengo, que sí lo extrañó y perdió la final de la Copa Sudamericana. Va un abrazo enorme para ellos.

5- Angelici y la pata de jamón

El presidente del Sevilla, José Castro, confesó hace poco que el pago para que Boca fuera a jugar un amistoso con su club en 2016 fue una pata de jamón de 400 euros. La bronca saltó en una junta directiva del club español, en la que un abogado opositor le reclamó el dinero al presidente, que fue anotado en un balance como "gastos personales".

Lo que fue personal también fue el consumo de la pata, que según Castro, terminó en la casa de Daniel Angelici. Resumiendo: Boca fue a jugar un amistoso por una pata de jamón, algo que supera claramente al Racing que fue a jugar un amistoso a Chile para juntar dinero y reparar una caldera en los años ‘80.

4- El año de River

Parecía que se iba a comer el mundo. Pero se terminó morfando dos dopings más dudosos que la declaración de Lagomarsino (?) -Mayada y Martínez Quarta, en algún momento se habló de varios jugadores más, andá a saber- y una eliminación histórica a manos de ¡LANÚS! en las semifinales de la Libertadores. Incluye también un llanto histórico que alcanzó su plenitud con el "Inventaron el VAR” del pobre Enzo Pérez a Pitana.

En fin: un año escandaloso para Napoleón Gallardo, apenas maquillado por obtención de la Copa Argentina hace unas semanas frente al Atlético Tucumán del inigualable Pulguita Rodríguez, el verdadero working class hero del fútbol argentino.

3- Sampaoli’s road rage

El entrenador de la Selección argentina anduvo de joda por su Casilda natal por el casamiento de su hija y para volver del salón al hotel iba junto a otras siete personas arriba de un Ford Focus propiedad de su preparador físico. Hasta ahí todo normal (?), pero lo que pasó fue que se topó con un control de alcoholemia y el técnico le dijo de todo a los policías que le recomendaron gentilmente no subir a más de cinco sujetos por vehículo, todo esto mientras alguien lo filmaba con el celular.

Sampaoli ya pidió perdón púbica y personalmente por lo que la cosa no pasó mayores. Ahora, resta saber qué posición tomará si algún día le ocurre algo parecido a cualquiera de sus dirigidos, aunque todo esto explica bastante bien por qué le salvó la vida a Arturo Vidal durante la Copa América del 2015.

2- El Diego en el sorteo del Mundial

Llegó a Moscú y la revolucionó, Diego Maradona se clavó un traje negro con un corbatín dorado para ir al palacio del Kremlin ("me cortaron la luz y no pude combinar", la canchereó sobre su look), se quejó de la cantidad de veces que tuvo que ensayar su participación en el sorteo y cuando le consultaron en pleno evento por la actualidad de la Selección, dijo, ante todo el mundo: "Tiene que mejorar, no puede jugar tan mal como lo viene haciendo". Una verdad detrás de la otra. El mejor Maradona desde el que empuñó su rifle de aire comprimido para defender su privacidad en los ‘90.

1- El culebrón de Ariel Holan

Llegó a Independiente junto a sus drones y miles (?) de colaboradores gracias a que filtró un audio de whatsapp en el que todos notamos pero ninguno quiso admitir que era un vendehumo profesional. Más allá de sus indiscutidos dotes como entrenador (la obtención de la Copa Sudaméricana resulta una prueba irrefutable), a fin de año decidió renunciar en una emotiva carta a los hinchas porque temía por su seguridad y la de su familia (recordar episodio repudiable de Bebote Alvarez subiéndose a su auto y amenazándolo de muerte).

Tres días después ocurrió un verdadero milagro navideño: la violencia desapareció del fútbol argentino (?) y Holan firmó un nuevo contrato con el presidente Hugo Moyano. Claro, con un detalle: cerró el acuerdo sin Kohan, su mano derecha hasta ese entonces, y con el que había hecho públicas sus diferencias (personales y sobre todo económicas) unos días atrás. Moraleja para el próximo año: no buscar héroes donde todos sabemos que no los hay.