Roberto Lavagna sabe que el próximo presidente no podrá cumplir con los compromisos que asumió el actual Gobierno con el Fondo Monetario Internacional. Al menos no en tiempo y forma. Según el exministro de Economía, que sigue sin confirmar su candidatura, Christine Lagarde sabe que Argentina no está en condiciones de afrontar los plazos dispuestos en el acuerdo stand-by. Sin embargo, consideró que es un aspecto "positivo" para quien suceda a Mauricio Macri, ya que el organismo estará obligado a renegociar los términos.

Según Marcelo Bonelli, Lavagna fue motivo de conversación en una reunión entre el enviado del FMI, Roberto Cardarelli, y un grupo de banqueros. Fue por la conversación que el economista mantuvo con Macri hace pocos días, por teléfono y en el marco del diálogo político convocado por el mandatario. "No puede ser que Arcor pierda plata y el Banco Macro gane 3.000 millones de pesos", le dijo. "Estas tasas son transitorias y de emergencia para contener la crisis", le respondió el presidente. El Gobierno sabe que la difusión de las altísimas utilidades que dejan las Leliq perjudica política y electoralmente a Cambiemos. 

El encuentro con Cardarelli fue en las oficinas de JP Morgan en Buenos Aires y la organizó el titular de la sede local, Facundo Gómez Minujin. Según Bonelli, participaron varios "popes” de distintos fondos de inversión, que querían saber por qué el Fondo, a contramano de su propia doctrina, aceptó la intervención del Banco Central en el mercado de cambios. El enviado del FMI fue claro y directo: por presión de Donald Trump, devenido en un inesperado protector de Macri. 

La presión de Christine y el factor Trump, el aliado incondicional de Macri que volvió "flexible" al FMI

En la reunión, que fue un almuerzo, se habló también del panorama electoral y sobre cómo abordaría cada eventual Gobierno los vencimientos de 2020. En línea con la nueva versión "flexible" del Fondo, Cardarelli admitió que se podría aceptar una reprogramación del cronograma de pagos de la deuda "principal", pero no de los intereses. Aunque dejó en claro, según el columnista de Clarín, que Argentina necesitará nuevamente el apoyo de Trump. Y, por las dudas, les remarcó a los inversores que el FMI desea y milita el triunfo de Macri, pero que "no se asusta" con un posible regreso de Cristina. Las gestiones de Axel Kicillof en Washington parecen haber tenido efecto.