Lionel Messi brindó una larga entrevista que se publicó en el canal de YouTube de "Simplemente fútbol", el histórico ciclo de Quique Wolff, ahora acompañado por su hijo Pedro. En la tranquilidad de las instalaciones del Inter Miami, al astro rosarino se lo vio distendido y brindando declaraciones un poco más íntimas que de costumbre. Así, confesó que hubo un intento por regresar a Barcelona tras su paso por Paris Saint Germain y planteó la condición que debe darse para que dispute el Mundial 2026.

"Tenía la intención de volver a Barcelona y poder regresar a un lugar donde siempre había soñado, pero no fue posible. Después de eso, se convirtió en una decisión familiar. El hecho de que ganáramos el Mundial también tuvo un gran impacto. Tenía claro que no quería estar en ningún otro equipo de Europa, no quería ir a ninguno", concluyó el Diez, que en consecuencia decidió desembarcar en la MLS estadounidense.

Con respecto a su posible participación en la próxima cita mundialista, a la cual llegaría con 39 años, confió: "Si te ponés a pensar, está lejos, pero al mismo tiempo pasa rapidísimo. Este año para mí va a ser importante: jugar con continuidad, sentirme bien. El año pasado arranqué y tuve lesiones. Este año hice una buena pretemporada, arranqué bien y me siento bien".

En ese sentido, agregó: "Pero es una temporada larga porque no termina hasta diciembre y está el Mundial de Clubes. Pienso y veo, pero no me quiero poner metas. Voy día a día y veo cómo me siento físicamente y ser sincero conmigo mismo".

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También se tomó su tiempo para conversar acerca de su familia y, en especial, de sus tres hijos, Thiago, Mateo y Ciro: "Están todo el día con la pelota. Es un lugar donde puedo disfrutarlos yo también, vienen todos los días a entrenar, compiten, tienen partidos. Tener la posibilidad de acompañarlos en eso es espectacular. Son muy diferentes los tres".

"Thiago es más pensante, organizador, mediocampista. Mateo es delantero, le gusta hacer los goles, estar cerca del arco, es inteligente para jugar. Y Ciro es más explosivo, encarador, tiene uno contra uno, es más de hacer sus jugadas", describió el capitán de la Selección argentina. 

Luego, desestimó una supuesta enemistad que surgió en el último Mundial: "No sé qué pasó con los mexicanos, de cuando arrancó esa bronca porque yo siempre me sentí muy querido por la gente de México. Nunca les falté el respeto, pero ellos se pusieron en una posición de entender una rivalidad con nosotros que no existe. No existe una comparación entre Argentina y México".

"Ese partido fue jodido, sobre todo de la cabeza. Perdiendo ya estábamos afuera. La previa fue terrible. Era pasar rápido el momento. Que fue una desgracia nada más y que no había que cambiar nada. No podíamos volvernos loco por un partido. Había mucha tensión y nerviosismo contra México", recordó aquella segunda fecha del Mundial 2022, en donde la Selección argentina se impuso por 2 a 0 con un gol suyo y otro de Enzo Fernández.  

Está claro que, luego de haber perdido el partido decisivo en 2014, levantar ese trofeo era una obsesión para el rosarino: "Haber llegado a la final y no ser campeón fue una tortura para mí. Ser campeón más tarde hace todo un poco más suave, se asimila de otra manera. Podría haber ganado dos Mundiales, pero tengo la Copa del Mundo".