Las dos caras de Independiente: Moyano y Holan
La actualidad de Independiente se ve atravesada por una realidad expectante tanto en lo deportivo, mérito total de Ariel Holan y el plantel campeón de la Copa Sudamericana, y en lo institucional, con la situación judicial que atraviesan Hugo Moyano y su hijo Pablo.
Independiente está a dos semanas de jugar una nueva final internacional ante el Gremio de Porto Alegre. Tras haber conseguido la Conmebol Sudamericana a fines del año pasado, en lo que fue su segundo título internacional en el estadio Maracaná, el Rojo accedió a la Recopa Sudamericana ante el ganador de la Copa Libertadores 2017. Sin embargo, la actualidad institucional lo tiene copando las portadas judiciales en todos los medios.
La actualidad institucional lo tiene a Independiente copando las portadas judiciales de todos los medios.
El presidente Mauricio Macri le declaró la guerra a quienes llama las "mafias sindicales" y en ese camino se topó con Hugo Moyano, con quien hizo campaña hasta minutos antes de asumir el 10 de diciembre del 2015. Y el titular del sindicato de Camioneros entiende que las denuncias que lo involucran en su gestión en el club tienen que ver con lo que el observa como una persecución.
Tanto Hugo como Pablo Moyano -vicepresidente primero del Rojo desde diciembre pasado- desmintieron todas y cada una de las acusaciones que surgieron a partir de las declaraciones del barra Pablo Bebote Álvarez, hoy detenido con prisión preventiva. El barra más famoso del país acusó a los Moyano de lavado de dinero y defraudación al club a través de un circuito financiero que involucraba al sindicato. Esto será lo que deberá probar el juez federal Luis Armella.
Claro que esta sumatoria de situaciones trae coletazos varios en el día a día del club. Por caso, una de las empresas investigadas es Organización Coordinadora Argentina SRL, el correo OCA, hasta diciembre sponsor en el pecho de la camiseta. OCA tiene un ineludible vínculo con los Moyano, pese a que Hugo declara una y otra vez no haber tenido mayor interés que la de aportar para el pago de los trabajadores de la empresa en sus momentos de crisis.
La negociación con un nuevo sponsor no es sencilla: a las marcas no las seduce sumarse tras las denuncias con OCA.
Con una deuda aún no probada de $40 millones en el contrato de patrocinio, el club bajó la marca de la camiseta. Pero, por supuesto, la negociación con un eventual nuevo sponsor no se hace sencilla. Puertas adentro son varios los dirigentes que coinciden con un diagnóstico: a las marcas no las seduce sumarse tras la experiencia y denuncias con OCA. Y esto tiene una repercusión neta negativa en la generación de recursos genuinos.
"Cuando asumimos, el club estaba destruído y lo pusimos de pie. Si hubiésemos entrado a lavar plata, no nos hubiesen acompañado los socios", repite una y otra vez Pablo Moyano ante cada consulta al respecto. Y no le falta razón: hace poco más de un mes ganaron la reelección con el 89% de los votos. Y se pliega al discurso de su padre: "Esto tiene que ver con una persecución del presidente de la Nación porque no soporta a los que defendemos a los trabajadores".
Si hay una tensa calma en Independiente tiene un claro y casi único responsable: Ariel Holan. El técnico salió campeón luego de siete años, renunció tras haber sido amenazado por la barra y volvió -según sus propias palabras- luego de la intermediación de Cristian Ritondo, ministro de Seguridad bonaerense y exdirigente del Rojo. Su condución a veces lo tiene ocupado de situaciones propias de un manager o de un directivo, pero es lo único que mantiene a los hinchas enfocados en un único horizonte: pisar fuerte sobre el título de diciembre para terminar de reconstruir una realidad deportiva con mayores ambiciones en el futuro inmediato.