"La decisión se ha tomado porque no es posible celebrar el evento con seguridad para nuestros aficionados, los equipos y nuestro personal. Es lo correcto y responsable dada la situación a la que se enfrentan los pueblos y ciudades de la región", explicaron.

La determinación fue acordada después de una reunión de urgencia entre la FIA, con su presidente Ben Sulayem a la cabeza, y el Gobierno italiano, con varios ministros, el alcalde de la localidad y el promotor de la carrera.

Horas antes del anuncio, el viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, había pedido la suspensión de la competencia: "El aplazamiento del Gran Premio de Imola es lo adecuado ante la emergencia por mal tiempo que azota a Emilia-Romagna", expresó.

En tanto, añadió: "Dediquémonos a los rescates. En esta fase hay que concentrar todos los esfuerzos para hacer frente a la emergencia, evitando también sobrecargas de tráfico en una zona muy afectada. Buscaremos otra fecha y los fans lo entenderán".

"La comunidad de la F1 piensa en las personas afectadas por el temporal en la región de Emilia Romagna. También queremos poner de relieve y agradecer el trabajo de los servicios de emergencia que hacen todo lo posible para ayudar a aquello que lo necesitan", indicó el comunicado que informó la cancelación.

En Emilia Romagna se prevén grandes inundaciones a lo largo de los próximos días a raíz del temporal que azotó la zona, mientras que tampoco se descarta la posibilidad de que el río Santerno, adyacente a la pista, pudiera colapsar por la cantidad de precipitaciones que se esperan en estas horas.