El delantero de Huracán Matías Tissera fue excarcelado este martes tras pasar 28 días detenido en el penal de Bouwer, en Córdoba, imputado por los delitos de amenazas y extorsión mediante un tercero a un empresario que lo habría estafado. Sin embargo, la causa no fue modificada y la investigación seguirá su curso.

La medida fue ordenada por la fiscal Silvana Fernández luego de tres pedidos por parte del abogado del futbolista, Adolfo Allende Posse. La defensa también solicitó el cambio de carátula a "coacción", lo cual todavía no fue aprobado.

Por lo pronto, estaba previsto que el futbolista de 28 años, oriundo del partido bonaerense de Rojas, sea trasladado desde la cárcel a los Tribunales provinciales y luego viaje en auto hacia Buenos Aires junto a su esposa y su representante.

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En este marco, desde el "Globo" esperan que Tissera se reincorpore este miércoles a los entrenamientos del club que lidera el Grupo C de la Copa Sudamericana y que ya clasificó a los octavos de final del Torneo Apertura de la Liga Profesional de Fútbol.

El jugador había sido detenido el pasado 1° de abril en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, desde donde el plantel de Huracán partió a San Pablo para disputar un partido con el Corinthians de Brasil por la primera fecha del campeonato de la Conmebol.

Sin embargo, el joven no pudo viajar ya que fue demorado por la policía y se le dictó prisión preventiva para evitar riesgos procesales, como una eventual fuga. Ahora, la Fiscalía descartó esa posibilidad, que la defensa del delantero rechazó con una serie de argumentos.

Entre las pruebas que presentó Allende Posse se encuentran una copia del vínculo del futbolista con la institución de Parque Patricios, que vence el 31 de diciembre de este año; además de un contrato de alquiler de una propiedad, un auto en garantía y que su hijo se encuentra escolarizado.

Tissera fue imputado acusado de organizar una tentativa de extorsión sobre el dueño de la firma Vilahouse, Florencio Ferrara. El jugador había comprado un terreno en su Rojas natal y habría pagado a la empresa USD 10.000 por una casa prefabricada que nunca se construyó, motivo por el cual recurrió a terceros para que le devuelvan el dinero.