El exdueño de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, concretó la venta de su prestigiosa colección privada de 69 automóviles valuada en unas £500 millones, equivalentes a USD 645 millones. El comprador fue Mark Mateschitz, heredero de la fortuna de Red Bull y amigo cercano de la familia del magnate inglés.

El empresario de 94 años habría tenido la necesidad de asegurar el futuro de los vehículos tras su fallecimiento y aseguró en diálogo con el medio local Daily Mail que consideró a Mateschitz como el "más digno" para preservar este legado histórico. "Escribieron la historia del deporte y han marcado hitos técnicos. Encarnan 70 años de historia de la F1", reflexionó sobre la colección archivada en Londres, Inglaterra.

"Es simplemente la colección de coches de carreras más importante del mundo", enfatizó, al tiempo en que insistió en la importancia de algunos monoplazas como el Ferrari conducido por Mike Hawthorn, el primer campeón mundial británico en 1958.

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En la misma, también destacan las unidades de la marca italiana manejados por Michael Schumacher y Niki Lauda, quien condujo otrora el famoso Brabham Alfa Romeo en Suecia 1978, en donde fue campeón.

La colección cuenta además con la Ferrari F2002 que le permitió a Schumacher obtener su quinta corona, tras ganar 11 de los 17 grandes premios de 2002.

Otra de las reliquias es el Vanwall VW10 que llevó a Sir Stirling Moss al primer título de constructores de ese equipo hace 66 años; y un monoplaza especial para los argentinos: la Ferrari 312 T2 con la que Carlos Reutemann ganó el Gran Premio de Brasil de 1977.

Ecclestone, el magnate vendedor de las piezas se desempeñó en sus inicios como piloto y luego como director del equipo Brabham, en donde lo tuvo bajo su ala a Reutemann. 

Después administró la F1 durante más de cuatro décadas mediante la empresa Formula One Management (FOM) y llevó a que sus carreras sean de los eventos deportivos más relevantes del mundo. En 2017, Liberty Media compró FOM.