En medio de versiones cruzadas y un escenario que se modifica a cada hora, ante la incertidumbre que rodea a las variantes en el gabinete y la reducción de ministerios, el Gobierno confirmó a Andrés Ibarra como nuevo vicejefe de Gabinete, en reemplazo de los desplazados Mario Quintana y Gustavo Lopetegui.

El actual ministro de Modernización se transformará así en "los ojos" de Mauricio Macri -tal como el jefe de Estado calificó a los salientes funcionarios- y en la mano derecha del resistido Marcos Peña. A su vez, la cartera que comanda será una de las degradadas al rango de Secretaría, como parte del plan del Ejecutivo en pos de reducir el gasto estatal y alcanzar el equilibrio fiscal exigido por la armada de Christine Lagarde.

De esta manera, el Presidente incorpora a la mesa de decisiones a un hombre de sus entrañas. El primer contacto de Ibarra con el clan Macri se originó hace 30 años, cuando tomó el legado de la sociedad financiera. Desde allí, siempre se lo vio ligado al primer mandatario: desde el asesoramiento en tiempos xeneizes hasta su desempeño en el Correo Argentino, pasando por Socma, Sideco y Autopistas del Sol.

Al asumir como jefe de Gobierno porteño, Macri lo ubicó en su gabinete y le otorgó confianza al pronunciarlo secretario de Educación a finales de 2009, para luego erigirlo como ministro de Modernización de la Ciudad al obtener la reelección. Con el salto a la Nación, Ibarra continuó sus funciones abarcando todo el territorio argentino.

Economista de la Universidad Católica Argentina y con probada trayectoria en marketing, el ladero macrista tendrá como gran desafío auditar el nuevo gabinete nacional, ante un desasogiego generalizado del que su socio es el primer señalado como responsable.

Del Correo a la mesa chica: elige Macri a su amigo Andrés para supervisar el gabinete