"Lo que va a haber es una herramienta para seguir asistiendo. Es un tema que está en discusión y vamos a determinar cuál es la herramienta mas idónea". La frase la pronunció este martes el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y provocó un cimbronazo en la política nacional: se refería a la continuidad del Ingreso Familiar de Emergencia, el subsidio de $10.000 que instauró el Estado con la llegada de la pandemia del nuevo coronavirus para evitar que millones de personas cayeran aún más en la pobreza.

El funcionario evitó dar precisiones sobre si el IFE 4 tendrá las mismas características que las tres ediciones anteriores, destinadas a paliar la caída de la actividad por el Covid-19. Según las últimas versiones, una de las posibilidades en análisis es que la ayuda involucre sólo a jóvenes de entre 18 a 24 años.

La titular de la ANSES, Fernanda Raverta, abogó también por la mesura de Moroni y afirmó que la modalidad del próximo IFE se definirá en los próximos días. "El análisis es si existe un cuarto pago o se avanza en otra política social de acompañamiento con otras perspectivas. La pandemia va ofreciendo una realidad distinta para analizar. Por eso no podemos decir ni cuántos IFE va a haber ni cómo van a ser. Lo que hacemos todo el tiempo es revisar en función de la salud y la situación económica", indicó.

Las deliberaciones del gobierno nacional están atravesadas por los índices de pobreza e indigencia que divulgó la semana pasada el INDEC. El organismo estadístico relevó que el 40,9% de los argentinos no pudieron cumplir con sus necesidades básicas en el segundo trimestre y el 10,5% de ellos, ni siquiera la canasta básica alimentaria. En este contexto, la permanencia de la herramienta asistencial del Estado parece revestir un carácter esencial para evitar que los números sean aún peores en diciembre de este año.

Hasta el momento, el IFE alcanza a casi nueve millones de personas, en su mayoría desocupados o trabajadores de la economía informal. De acuerdo a un informe divulgado por la ANSES, "surgió como una respuesta a la situación económica coyuntural que implica el aislamiento obligatorio, pero expone cómo la desigualdad también es un factor amplificador de los efectos negativos de la pandemia".

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, también se refirió al tema en el informe de gestión de más de 700 páginas que presentará mañana jueves ante la Cámara de Senadores. En el desglose de respuestas a las preguntas de los legisladores, el ministro coordinador precisó que hasta el momento el programa de asistencia implicó un desembolso de "alrededor de $90.000 millones" y que, de los casi 9 millones de beneficiarios, casi 700.000 son monotributistas.

El Gobierno nacional no incluyó la continuidad del IFE -como tampoco del programa ATP para asistir a las empresas- en el Presupuesto 2021 con el objetivo de aminorar el gasto público para equilibrar el déficit fiscal, que apuesta a cerrar en 4,5% el próximo año. En cambio, destinará $94.748 millones al financiamiento de la producción.

Durante su presentación en la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, para defender la Ley de Leyes, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, enfatizó que en la cuarta ronda del ATP más del 60% de las compañías dejaron de pedir ayuda al Estado para  abonar los salarios de sus empleados.

En este sentido, este martes la titular del FMI, Kristalina Georgieva, envió una senal de alivio al Gobierno, en el marco de la llegada de la misión del organismo a la Argentina: "No venimos con la idea de 'bueno, veamos cómo podemos ajustar aún más el gasto en estos tiempos'. Tenemos muy claro que en esta crisis que es importante brindar apoyo a las empresas y, lo que es más importante, a los trabajadores".