Los cuadernos de las coimas escritos por Oscar Centeno desnudaron un entramado de pago de sobornos y aportes de campaña de la casta empresarial a las cabezas del kirchnerismo. La causa judicial encuentra su analogía en un país vecino y hay quienes vislumbran un nuevo Lava Jato latinoamericano, un proceso que sometió a Brasil a tres años de recesión económica y que, si se replica en la Argentina de Mauricio Macri, puede profundizar los síntomas de una economía en terapia intensiva.

Joaquín Morales Solá, de La Nación, y Eduardo van der Kooy, de Clarín, la causa que se abrió a partir de los cuadernos del ex chofer de Roberto Baratta está lejos de ser un nuevo Lava Jato. "En Brasil, la primera ola de denuncias fue contra la endeble coalición gobernante que lideraba la expresidenta Dilma Rousseff. (...) El actual gobierno argentino está fuera del escándalo de los cuadernos de Centeno. Ningún funcionario de Macri figura en el expediente ni en los cuadernos”, señaló el columnistas de La Nación. Algo similar escribe su par de Clarín.

Van der Kooy: "Se advierte desolación en el kirchnerismo. El golpe afecta también a los peronistas"

En tanto, las principales plumas de ambos diarios, tal como hicieron la semana pasada, pusieron el foco de sus respectivas publicaciones en el futuro de Cristina Kirchner y el tratamiento de su desafuero en el Senado. Ambos señalan al matrimonio kirchner como el último beneficiario y autor del sistema de coimas. La "mancha” de corrupción del kirchnerismo obliga al PJ "dialoguista” a tomar una decisión sobre el porvenir de la ex mandataria.

Morales Solá: "Aunque hagan gestos de disimulo,hasta los kirchneristas bajan la cara ante la catarata de revelaciones que muestran que la revolución era sólo un engañoso parloteo para tapar el peor período de corrupción"

Aunque la causa apenas roza al PJ, el pasado de algunos referentes de la fuerza que busca ir al 2019 con el eslogan del "equilibrio sin corrupción” incomoda en el seno interno del partido. En esa línea, los columnistas señalan que la declaración del ex jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina -en la que admite haber recibido dinero de empresarios para financiar campañas electorales- es el enclave justo que necesitaba la causa para sobrepasar las barrera de lo mediático y convertirse en un proceso que amenaza de verdad la imagen de la principal oposición.

Ambos columnistas advierten que, con la confesión del exfuncionario, el quiebre de varios empresarios para hacerse con una de las "sortijas” que repartió Claudio Bonadio a los primeros arrepentidos y la declaración del polémico juez Norberto Oyarbide, se empieza a cerrar el círculo de la corrupción kirchnerista. Los tres enclaves -la política, la justicia y el empresariado- funcionan como engranajes de una cadena delictiva que pone nuevamente en la cornisa a la imagen de Cristina Kirchner, cuya candidatura pierde peso a medida que Comodoro Py avanza.