Muchas personas no tienen la posibilidad de entrenar al aire libre y recurren a la cinta. Algunos más entusiastas adquieren una y la ubican en algún lugar de la casa. Quizás donde la vista sea más amable, ya que saben que pasarán largos períodos sobre ella. ¿Pero qué pasa cuando tenemos que ir hasta el gimnasio, cambiarnos y, en muchas ocasiones, esperar el turno?

Aquí es donde la libertad de correr desde la puerta de nuestro hogar hasta retornar al mismo inclina la balanza a favor de la calle.

Vamos a enumerar los pros y contras de correr en una cinta. Seguramente haya muchos más pero estos son los que consideramos más sobresalientes:

Pros

  • Es más seguro correr en cinta, evitamos así accidentes u otras situaciones inseguras.
  • El terreno es siempre el mismo y no debemos preocuparnos por imperfecciones del mismo.
  • El clima no es obstáculo, podemos utilizarla con lluvia, frío o calor.
  • Se puede controlar la inclinación del terreno y también la intensidad de la carrera.

Contras

  • Se trabaja menos intenso que al aire libre, la cinta impulsa solo las piernas y no hay fricción.
  • Se acorta la zancada.
  • Al no tener un paisaje para mirar, se torna aburrido.
  • Consumen mucha electricidad y nos son ecológicas. Además son muy caras, por lo que debemos asistir a un gimnasio.
  • Te obliga a correr solo.
  • La cinta no suele ser una superficie amortiguada. Por lo que si la utilizamos durante mucho tiempo, se resienten las articulaciones.

Una de las cosas bellas que tiene el running, es poder relacionarnos con otros runners, charlar y conversar sobre los planes de entrenamiento y futuros objetivos. Además, podemos correr por paisajes impensados y la cinta limita mucho estos dos aspectos.

Es inevitable sentirse un "hámster" rodando en la misma y, aunque escuchemos música o miremos la saga de El Padrino, tarde o temprano el escenario suele tornarse monótono.

También, al requerir un menor esfuerzo, puede generar falsas expectativas. Muchos corren a una velocidad o un tiempo determinados en la cinta y cuando salen del gimnasio, no son capaces de alcanzarlos al aire libre. Esto, sin dudas, es frustrante.

En síntesis, no es malo, pero tampoco debemos basar todo nuestro entrenamiento arriba de una. El correr requiere de un movimiento natural que ya está cargado en nuestro "disco rígido", una máquina, ayuda a ese movimiento y puede producirnos lesiones a corto y largo plazo. ¡Que no decaiga!