En la antesala del paro nacional convocado por gremios opositores, el Gobierno ejecutó un manotazo de ahogado destinado a paliar el acatamiento a la medida de fuerza y dictó la conciliación obligatoria en siete sindicatos vinculados al transporte, las comunicaciones y los estatales.

Según consignó Infobae, a raíz de las gestiones del secretario de Trabajo, Lucas Fernández Aparicio, la Casa Rosada logró frenar la huelga en los relevantes gremios UPSA y APA de la empresas Intercargo, la Federación Marítima Portuaria y los empleados de Aerolíneas Argentinas.

El cese de actividades es impulsado por el sindicato de Camioneros que conduce Hugo Moyano y el Frente Gremial que componen las dos CTA y organizaciones sociales. También se sumarán los principales gremios docentes de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires. Por otra parte, el miércoles 1 de mayo la UTA hará su propia protesta en rechazo a las políticas económicas del Ejecutivo. La CGT de Carlos Acuña y Héctor Daer tomaron distancia del moyanismo y no se plegarán.

En el sector de Comunicación, el oficialismo acordó la conciliación obligatoria con Asociación Argentina de Actores, el sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina y la Cámara Argentina de la Industria del Cine y Video Publicitario. En tanto, el gremio de Protección y Seguridad a la Aeronavegación y el sindicato de Argentina Sociedad del Estado arreglaron funcionar con normalidad.

Con el consumo en terapia intensiva, la tasa de desempleo cerca de los dos dígitos, el índice de pobreza superior al 30% y proyecciones inflacionarias en torno al 40% anual, Macri afrontará el quinto paro general en su contra durante sus tres años y medio de gestión. Así, igualará los que recibió Cristina Fernández de Kirchner, con la diferencia de que la expresidenta los sufrió a lo largo de sus dos mandatos.