El presidente Mauricio Macri asumirá el miércoles en Montevideo la presidencia del Mercosur por segunda vez desde que llegó a la Casa Rosada. Las reformas estructurales no gradualistas que promete el mandatario brasileño electo, Jair Bolsonaro, obligan al argentino a intentar pegar primero para no perder protagonismo en la región.

La llegada de Bolsonaro presiona a Macri a realizar algunas reformas para no quedar rezagado en la región. El ultraderechista brasileño promete dejar de lado las recetas gradualistas y abrir puertas comerciales con las principales potencias del mundo. A pesar de tener el apoyo de Emmanuel Macron, que desconfía del proyecto conservador del brasileño, Estados Unidos, y particularmente Donald Trump, podrían fortalecer los lazos con Bolsonaro en detrimento de las relaciones comerciales con Argentina.

El miércoles, Macri se reunirá en Montevideo con su par uruguayo, Tabaré Vázquez, el jefe de estado paraguayo, Mario Abdo, y el mandatario saliente del Brasil, Michel Temer, a pocos días del traspaso de mando. Desde allí, el mandatario argentino pronunciará los que serían los nuevos lineamientos que regirán el comportamiento del Mercosur en los próximos seis meses.

Con la mira puesta en la UE, busca Macri hacer más "flexible" el Mercosur para adelantarse a Bolsonaro

La principal propuesta que llevará Macri es una "flexibilización” del bloque para evitar el anquilosamiento de este. En esa línea, el canciller Jorge Faurie expresó que el Mercosur debe adecuarse al presente y eso exige cierta flexibilidad.  En concreto, todo apunta a que las reformas del bloque incluirían cambios en la estructura arancelaria de negociación con otros países y bloques.

Existe cierta escisión entre los mandatarios de la región sobre la utilidad del Mercosur. Algunos sostienen que el bloque es necesario porque ayuda a que, a la hora de negociar con una potencia, los países latinoamericanos en conjunto tienen una mayor estructura para imponer sus condiciones.

Otros, como es el caso de Bolsonaro, sostienen que el Bloque pone trabas burocráticas y le quita flexibilidad a los acuerdos comerciales. Por supuesto, la postura de Brasil es entendible si se tiene en cuenta que es una de las potencias más importantes del mundo. Para evitar que los mandatarios abandonen el bloque, Macri pretende que el Mercosur se integre a los demás bloques mundiales en cuanto a lo comercial.

El principal lineamiento será cumplir con los requisitos para que el bloque firme tratados de libre comercio con la Unión Europea. El acuerdo bilateral fue avalado por varios mandatarios europeos, pero sin embargo también sostienen que aún no están dadas las condiciones. Estas dudas surgen del escenario de incertidumbre que genera la asunción de Bolsonaro así como la crisis económica argentina.

De todos modos, el Gobierno pretende dar pasos significativos para concluir las negociaciones en marcha, principalmente, con la Unión Europea (UE), Canadá y la Asociación de Libre Comercio de Europa (EFTA), que integran Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. También, pero como segunda prioridad, aparecen las conversaciones con Corea y Singapur, una vez descartadas las negociaciones directas con Japón. Y, en paralelo, las conversaciones para llegar a una convergencia con la Alianza del Pacífico, que integran Chile, Colombia, Perú y México.