Sergio Massa es el hombre político del momento. Desde que Cristina Fernández de Kirchner anunció que competirá en las elecciones presidenciales escoltando a Alberto Fernández, todas las miradas se posaron en el tigrense, que recibe desde marzo invitaciones para competir en las PASO dentro de Unidad Ciudadana pero aún mantiene su precandidatura dentro de Alternativa Federal.

Con un raíd de entrevistas televisivas -el sábado, en TN y el domingo en América 24, América y C5N-, el líder del Frente Renovador celebró la jugada de la expresidenta, al considerarla un intento por superar la grieta y la apertura hacia otros sectores políticos. 

Todos los periodistas, de manera incisiva, buscaron sacarle definiciones en torno a una sola pregunta: si participará de la interna junto al kirchnerismo o persistirá dentro del espacio que lanzó junto a Juan Manuel Urtubey, Miguel Ángel Pichetto y Juan Schiaretti. En un pasaje de la entrevista con Luis Majul, dejó entrever su postura actual. "Lo que haga Unidad Ciudadana va por fuera de nosotros, es otra fuerza política", sostuvo.  

Pese a que en los últimos meses buscó distanciarse de la expresidenta y llegó a asegurar que no podía unir fuerzas con una candidata que le garantizaba a Macri el triunfo en el ballotage, la entronización del exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner, con quien unió fuerzas en 2013 y 2015 -fue su jefe de campaña en ambas contiendas electorales-, abrió una hendija para la eventual unidad. 

Con cautela, se desprende Massa del llamado de Alberto y aguarda la cumbre de Alternativa Federal

Mientras repartía críticas para el Gobierno nacional y afirmaba que su principal voluntad es construir una gran coalición opositora que desembarque en la Casa Rosada el 11 de diciembre, dejó en claro que su próximo paso será delinear la estrategia electoral de Alternativa Federal en la reunión convocada por el gobernador cordobés para este miércoles.

Massa sabe que ahora es él quien tiene la pelota en sus pies y puede, con su movimiento, inclinar la balanza en los comicios. Con caudal de votos propio, si determinara jugar dentro de Unidad Ciudadana sentenciaría la suerte del Gobierno nacional, que cruza los dedos para que la oposición vaya lo más fragmentada posible y le dé posibilidades de obtener la reelección en la segunda vuelta.