La “pesada herencia” se convirtió quizás en el argumento más eficaz de los funcionarios de la Casa Rosada que debían explicar ciertos desajustes económicos. Sin embargo, después de dos meses de gestión, responsabilizar al kirchnerismo ya no es una herramienta que en Cambiemos puedan utilizar, por ejemplo, para referirse a las tarifas, al dólar o la inflación.

En sintonía, el Círculo Rojo no detiene la preocupación sobre la incertidumbre en torno al sistema financiero: las intervenciones del Banco Central y la pérdida de reservas, las dificultades para equilibrar los salarios con la inflación y los aumentos que golpean en el humor de la sociedad.

“El Gobierno ha recibido una radiografía bastante negativa del humor social, no tanto de su imagen, que puede fluctuar aleatoriamente semana a semana, sino de un fenómeno más importante”, afirmó el periodista Carlos Pagni en su columna en el diario La Nación.

¿El principal problema? En Cambiemos, según el propio Pagni, ya no tienen el recurso necesario para adjudicar a la gestión kirchnerista los problemas que atraviesa el macrismo en materia político y económica. Es decir, la gente ya no quiere respuestas sobre el pasado, sino que espera anuncios de cambios para el futuro.

“Más allá de las razones que tocan a la economía, hay una razón -si se quiere, paradójica- y es que Mauricio Macri le ganó a Cristina Kirchner, ¿qué relación hay entre el triunfo sobre Cristina y este estado depresivo?”, se preguntó el hombre de los medios que la Casa Rosada escucha con atención. Y lanzó: “Macri ya no compite con Cristina Kirchner: desde que él ganó compite contra sí mismo”.

En Cambiemos saben que el kirchnerismo dejó de ser un lugar cómo donde refugiarse cuando el clima está caliente. La inflación se convirtió en el principal enemigo “sin rostro” del Gobierno. Un rival que ganó las primeras batallas del año y promete con dar otro dolor de cabeza en abril y mayo, con números arrastrados por el precio de los combustibles y la electricidad.

En definitiva, el Círculo Rojo golpea en las expectativas del Gobierno, alarma por el camino hacia las elecciones del 2019 y expone por el fuego amigo del radicalismo: “Contra el telón de fondo de estas encuestas negativas y del problema de la inflación que parece estar en el centro del mal humor generalizado, apareció otro dato: un ruido dentro de la alianza”.