Al margen de los conflictos políticos y judiciales, esta semana el Gobierno concretó una buena noticia en el plano de la salud. Tras un encuentro entre la ministra Carla Vizzotti y el embajador chino, Zou Xiaoli, se anunció que “ambos países realizarán inmediatamente las consultas para arrancar la producción lo antes posible” de la vacuna Sinopharm en Argentina. Así, podría robustecerse el plan de inmunización contra el coronavirus en un contexto de escasez general de dosis. 

Aquí, los datos más importantes del inoculante chino que podría producirse en el país.

1 - Se desarrolló en un trabajo colaborativo entre el Grupo Farmacéutico Nacional Chino y el Instituto de Productos Biológicos de Beijing. 

2 - Se trata de una vacuna inactivada, es decir que posee una versión alterada del coronavirus para que, en caso de producirse un contagio, no se reproduzca y haya una fuerte respuesta inmune. 

3 - Tiene una eficacia del 79,3% “después de 14 días de vacunación con un esquema de dos dosis”, de acuerdo a lo informado por el Manual del Vacunador del Ministerio de Salud.  

4 - Una de las grandes ventajas que tiene con respecto a otras vacunas es que puede almacenarse en un ambiente con temperaturas entre 2ºC y 8ºC durante al menos dos años. La rusa Sputnik V, por ejemplo, debe resguardarse a -18ºC. 

5  - Los efectos adversos, según el análisis del Gobierno, “son principalmente leves o moderados y resuelven en su totalidad a los pocos días de la vacunación”. Pueden presentarse frecuentemente, entre otros síntomas, fiebre transitoria, dolor de cabeza o diarrea. 

Hasta ahora, llegaron al país 4 millones de dosis de la vacuna Sinopharm provenientes de China. Con la relación entablada esta semana, ese número podría aumentar exponencialmente a través de la producción nacional de las dosis.