A pesar de que el Gobierno auguraba que el campo aportaría el 1,6% del PBI para el 2019, los cálculos cambiaron debido a las inundaciones y ya hay que descontar, como mínimo, US$2 mil millones.

Ese importe es la pérdida que estiman en la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro) debido a las fuertes lluvias, sobre todo en las áreas de Chaco, que el miércoles contó con la visita de Mauricio Macri, Santiago del Estero, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos y sectores de la provincia de Buenos Aires.

El panorama se suma al de 2018 cuando ocurrió la peor sequía de los últimos 50 años y las pérdidas llegaron a casi US$6 mil millones. Las áreas de maíz y soja fueron las más afectadas y son justamente los sectores en los que la Bolsa de Cereales porteña consideraba que para 2019 tendría una cosecha récord. 

En el congreso anual de perspectivas agrícolas que se celebró en septiembre de 2018, la entidad mostraba optimismo respecto a la cantidad de hectáreas que se cubrirían con distintos cultivos como el maíz, la soja, el trigo y el girasol. 

A 17 días de que comenzó el año, Coninagro ya contabiliza 2,4 millones de hectáreas inundadas. La cantidad de agua que cayó en esos días, en algunas zonas equivale a lo que llueve durante todo un año. Por eso, la confederación pide la pronta declaración de emergencia en el sector, además de una Ley de seguro multiriesgo para que el productor no se quede con las manos vacías.

El oficialismo deberá rogar que el clima lo acompañe, seguir con la apuesta en Vaca Muerta y que el sector del agro no pretenda licuar el nuevo impuesto de $4 por cada dólar de retención cuando se acerque la liquidación. 

Los US$2 mil millones en pérdidas en lo que va del año, se suman a los casi 6 mil millones del 2018.