Argentina Cambio Cultural es el nombre del encuentro, coordinado por Avelluto, que se llevará a cabo hoy en el teatro Regina y servirá para darle forma a una idea que Peña repite a menudo: la de los pequeños cambios. "El cambio del que tanto habla Cambiemos no es uno solo ni uno grande; está conformado por diferentes cambios pequeños", indicaron cerca del jefe de Gabinete al diario Clarín.

Se trata de una idea tomada de Pinker, que desde hace unos años es una suerte de gurú espiritual del macrismo. El canadiense estuvo en Buenos Aires hace un mes y el propio Macri, después de recibirlo en Casa Rosada, manifestó su fascinación. En ese encuentro también estuvieron Peña e Iván Petrella, otro de los encargados de la "batalla cultural" cambiemita.

Algunos de los "hitos" que plantearán los funcionarios serán las políticas de transparencia, la normalización del INDEC, la modernización del Estado y la relación publico/privado. El concepto general es que Cambiemos viene a cambiar el Estado viejo por un Estado nuevo, donde las personas deben enfrentarse con menos trabas y pueden desarrollar sus proyectos (económicos, profesionales o personales) sin tener el Estado "encima".

Es lo que sufrieron Macri, su familia, sus amigos, el núcleo fundador del PRO y la mayoría de los funcionarios de primera línea del Gobierno como exponentes de las clases acomodadas que nunca necesitaron, realmente, una ayuda del Estado. Por eso servirá, en un contexto de renuncias y pérdida de fe, para mantener en fila a esos funcionarios que abandonaron las cómodas oficinas de las grandes empresas para pasar a trabajar en los antiguos despachos de la estructura estatal. 

Aquellos que Francisco Olivera definió en La Nación, hace poco, como "la generación de profesionales exitosos del sector privado que decidieron meterse en política para contrarrestar una consigna propia según la cual el principal problema de la Argentina consiste en que dejó el manejo de la cosa pública en manos de una casta inepta y corrupta que vive del Estado y que no podría sobresalir en otra actividad fuera de él". Guillermo Moreno es un poco más sencillo: lo llama "experimento oligárquico".