La bomba interna que activó el ministro de Justicia, Germán Garavano, con sus dichos sobre el desafuero de Cristina Kirchner puso en foco el peso que la ex presidenta sigue teniendo en la actualidad de Cambiemos. No pensó Garavano que hablar del futuro judicial de la ex mandataria iba a abrir también una grieta en el oficialismo, entre los que lo acompañan y quienes le dan la derecha a Elisa Carrió.Lo que empezó el miércoles con las declaraciones de Garavano y la amenaza de la diputada con iniciarle juicio político, fue escalando en tensión con el correr de las horas y terminó de explotar con un fallo de la Cámara Federal sobre Carlos Menem. Otro ex presidente con causas judiciales abiertas y fueros. 

La líder de la Coalición Cívica señaló a Garavano por estar detrás de la resolución de la Cámara que benefició al riojano y lo absolvió por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia. Para Carrió, el ministro de Justicia operó a favor del ex presidente. Sospecha la diputada que este fallo podría favorecer a futuro a Cristina Kirchner, abriendo un camino para eternizar causas y luego dictar absoluciones. 

Además, Carrió está molesta porque considera que un sector del gobierno quiere volver a apostar el año que viene a la estrategia de polarización con el kirchnerismo y para ello necesita libre a la ex presidenta.

Carrió dice que el Gobierno quiere libre a CFK para las elecciones y cuestiona la pasividad de la UCR

Otro de los motivos de enojo de la diputada nacional fue la UCR. A Carrió no le gustó que los radicales se mantuvieran en silencio ante los dichos de Garavano y la situación de Cristina Kirchner. El único que pareció ponerse de su lado, al menos en parte, fue su amigo, el radical Mario Negri, quien cuestionó el fallo que absolvió a Menem y sostuvo que deja "un precedente alarmante". En contrapartida, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y el diputado del PRO Daniel Lipovetzky salieron a cuestionar el abuso de las prisiones preventivas. Lipovetzky incluso consideró "mal" la detención del ex vicepresidente Amado Boudou. 

Haciendo equilibrio entre ambos lados de la grieta apareció este viernes el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que repartió elogios para Carrió y defendió a Garavano. Además, relevó que habló con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, del tema y dijo que para dar vuelta la página deben "conversar internamente".

Rodríguez Larreta dijo que no hay que elegir bandos

"Sacada de contexto (la frase del ministro) es poco feliz, pero no es que quiso opinar que no la metan presa", dijo Rodríguez Larreta y sobre Carrió agregó: "A Lilita la respeto mucho, pero acá no hay que tomar posición".

A la vez, intentó restarle peso a la supuesta estrategia de medirse con la ex presidenta de 2019. "Cuando estas en el gobierno, electoralmente, lo que sirve es hacer la cosas bien, no pasa tanto por quienes son los adversarios", evaluó el jefe de Gobierno.