Tras 70 días preso en el Penal de Ezeiza, Amado Boudou consiguió su libertad el viernes por la noche en la sede luego de que la Cámara Federal revocara la prisión preventiva dictada por el juez federal Ariel Lijo en la causa que lo investiga por rendir viáticos con facturas truchas.

La decisión de los camaristas Leopoldo Bruglia y Eduardo Farah, sin embargo, lo mantienen procesado e imputado aunque entendieron que el hecho de haber integrado el anterior gobierno "no permite inferir que disponga de las conexiones necesarias para eludir u obstaculizar el proceso".

"Me queda un sabor amargo por muchos compañeros que siguen detenidos"

Ahora, mientras aguarda el nacimiento de sus mellizos junto a su esposa, Mónica García de la Fuente, el ex vicepresidente de la Nación aseguró en Toma y Daca que le queda "un sabor amargo" por muchos "compañeros que siguen detenidos" y no descartó volver al penal porque "recibir una visita es un momento inolvidable".

Respecto a su situación judicial y su prisión preventiva, Boudou señaló que "tenía claro que era una situación política, estamos pagando la factura frente a los poderosos" y no se privó de señalar una connivencia entre la Justicia y el Gobierno: "Más que justicia hay que hablar de Poder Judicial".

"Tenía claro que era una situación política, estamos pagando la factura frente a los poderosos"

"Los jueces no dan explicaciones. Lijo me dijo que "cambiaron las reglas del juego"", reveló respecto a su detención y la polémica prisión preventiva aplicada en varios acusados de corrupción durante el kirchnerismo.

Y afirmó que "la detención fue para la foto, no fue para otra cosa. Alguien hizo que eso pasara. Les dije en ese momento "No hace falta la foto"". Parece que fuera como un trofeo de caza".

Con el Caso Ciccone todavía pisándole los talones, Boudou se mostró optimista respecto a su futuro y anticipó el regreso a la política: "Nunca se puede volver a dónde uno no se fue".