"Soy el primer fanático del INVAP, pero la plata no está". La frase del presidente Mauricio Macri en Bariloche, el viernes pasado, le abrió la puerta al diario Página 12 para advertir sobre un posible freno a los contratos que el Estado tiene con el instituto dedicado a investigación de tecnología espacial, energía nuclear y equipamiento industrial, médico y científico.

El diario señaló que la actitud del Gobierno frente al INVAP fue de "congelamiento" desde 2015, que hay retrasos y deudas de unos 800 millones de pesos y que no se firmaron nuevos contratos. Además, puso en duda la continuidad del proyecto Arsat-3, entre otras iniciativas que el Ejecutivo buscaría frenar para bajar el gasto público.

El ministro de Energía, Javiel Iguacel, salió ayer al cruce de estas afirmaciones, dijo que el INVAP "es un orgullo tecnológico argentino" y afirmó: "No hemos cancelado ningún contrato. Sólo en energía, en este año, tiene contratos por 1500 millones de pesos, todos activos". Aunque no negó que el Gobierno tenga planeado no firmar nuevos.

Hoy fue el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el que le puso el cuerpo a la desmentida. Junto al ministro de Ciencia, Lino Barañao, y el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, Peña anunció que el Ejecutivo pudo "encarar una solución para las discusiones que había en torno al tema" y subrayó que se acordó "un cronograma de pagos y de previsibilidad para la ejecución de los 15 contratos" que el Estado tiene con el instituto.