En un país normal (sí, esa bella expresión que los amantes del respeto por las instituciones usan a menudo), Amado Boudou hoy estaría libre. Con una condena, pero en su casa y a la espera de una confirmación (o no) de esa situación. Libre como lo están aquellos que llegan a un juicio en esa condición y no entorpecen el desarrollo del debate ni intentan fugarse. Pero este no es un país normal y Comodoro Py tampoco juega con esas reglas.

Dos jueces del Tribunal Oral Federal Nº4 decidieron hoy ratificar la prisión preventiva de Boudou y dejarlo en la cárcel de Ezeiza a pesar de que el fiscal no se había opuesto a la excarcelación que pidió la defensa del ex vicepresidente. En disidencia, votó la única jueza del Tribunal y una de las más nuevas de Comodoro Py, Gabriela López Iñíguez.

En un país normal, Amado Boudou hoy estaría libre. Pero este no es un país normal y Comodoro Py tampoco juega con esas reglas.

Los magistrados Pablo Bertuzzi y Néstor Costabel dijeron que, si bien tiene un domicilio fijo y lazos familiares lo suficientemente fuertes como para no fugarse, esos mismos factores pueden indicar lo contrario. "El enjuiciado Boudou posee sobradas vinculaciones familiares, personales, profesionales, comerciales, contactos sociales y propios de los círculos que frecuentó en sus últimos años y capacidad económica financiera -potencial o efectiva- para procurarse los medios necesarios para sortear otras restricciones menos intrusivas al encarcelamiento preventivo o detención procesal".

Hubo también espacio para recordar a Alejandro Vandenbroele y su declaración sobre todo el proceso Ciccone. Con ese punto, se valieron para trazar un posible entorpecimiento de (parte de) la causa que aún está investigándose y que involucra, entre otros, a Jorge Brito.

Boudou está preso por ser Boudou: los argumentos jurídicos no están de moda en Comodoro Py

La jueza López Iñiguez se diferenció: marcó primero que el fiscal de juicio se había expresado a favor de la excarcelación. En su dictamen, Marcelo Colombo sostuvo que los elementos por los que le habían permitido a Boudou llegar y pasar el juicio libre no habían cambiado, más allá de la sentencia aún no firme. Consideró, entonces, que podían fijar otras medidas (dispositivo con GPS; presentaciones semanales en Tribunales) para asegurarse que permaneciera "a derecho".

López Iñíguez lo dejó en claro: una vez finalizado el juicio, el único peligro procesal es el de fuga. También marcó que haber sido funcionario público no es suficiente motivo para considerar que efectivamente tenga una "influencia" en sectores poderosos. "No sería descabellado mencionar que el nombrado pertenece a un sector político que es opositor a quien hoy detenta el poder de policía del Estado, con lo cual debería lógicamente debilitarse la probabilidad de éxito ante un intento de salida ilegal del país", señaló.

A esa circunstancia, le agregó: "Tampoco se advierten razones para pensar que Boudou tiene algún tipo de vínculo con el gobierno actual, como para tener por existente la ‘influencia’ referida anteriormente". El ex vicepresidente es una figura pública, otro motivo que disminuye su posibilidad de evadir la situación.

El fiscal Marcelo Colombo sostuvo que los elementos que le habían permitido a Boudou llegar y pasar el juicio libre no habían cambiado.

Ese voto solitario agrega que Amado "no ocultó ni proporcionó información falsa, no se fugó, no fue hostil ni ejerció violencia en algún momento". O sea, nunca dio señales que pudieran fundamentar procesalmente su prisión preventiva. Aunque muchos no lo recuerden, la preventiva es una circunstancia excepcional y debe evitarse su uso abusivo.

Amado Boudou está preso por ser Amado Boudou. Las razones que lo mandaron a la cárcel (más allá de lo que pensemos sobre su figura, su condena, su culpabilidad, sus otras causas) se explican por el funcionamiento de Comodoro Py. Los argumentos jurídicos no están de moda, no cotizan, no alcanzan. Las reglas son otras.