Después de otra semana de llanto generalizado, Boca volvió a demostrar que en el medio local no tiene competencia y les sacó 12 puntos de ventaja a sus perseguidores inmediatos, que aún no jugaron esta fecha, Talleres de Córdoba y San Lorenzo (que tiene otro partido pendiente –ante Independiente- y parece ser el único que puede hacerle frente).

Ante San Martín de San Juan, como hace siete días frente a Banfield, el equipo de Guillermo Barros Schelotto pegó muy rápido. A los 3 minutos ya ganaba con gol de Carlos Tevez (nobleza obliga, offside de Cardona incluido) y antes de los 10 estaba 2-0, tras una soberbia definición de Cristian Pavón, que está volviendo al nivel que lo puso en la consideración de Jorge Sampaoli para el Mundial de Rusia. Después, hubo tiempo para las desatenciones defensivas que se vieron en los últimos partidos, como la que derivó en el descuento de Álvaro Fernández. Una señal de alerta a corregir.

En el segundo tiempo, Boca volvió enchufadísimo y podría haber estirado la ventaja enseguida: Cardona convirtió de cabeza, pero Diego Abal, de pésimo arbitraje, marcó una falta que nadie vio (al colombiano tampoco le cobraron un claro penal). Después del 3-1 de Nández, el gol de Claudio Paul Spinelli amenazó con ponerle suspenso al asunto, pero Boca, una vez más, mostró reacción. Sesenta segundos más tarde, el pase largo de Frank Fabra dejó mano a mano a Wanchope Ábila con Ardente y el ex Huracán no perdonó. 

El Xeneize inicia ahora un mes clave: el jueves visita a Alianza Lima en el estreno en la Copa Libertadores, y luego, por la Superliga y antes del parate por la fecha FIFA, enfrentará a Argentinos Juniors (lunes 5/3), Tigre (sábado 10/3) y Atlético Tucumán (domingo 18/3)

En el medio de estos últimos, 90 minutos que pueden cambiarlo todo: la final de la Supercopa Argentina, contra River, el miércoles 14 en Mendoza. Después de 42 años, los dos clubes más populares del país vuelven a verse en una definición directa. La última vez fue en el Nacional de 1976, en cancha de Racing, con triunfo de Boca por 1 a 0, gol del Chapa Suñé. 

Una victoria de los de azul y oro puede significar el envión fundamental de cara a un nuevo título. Para River, en cambio, será la grande chance de salvar la temporada y, de paso, desmoralizar al rival de toda la vida. En épocas de vacas flacas, no es poca cosa.