Tenía 11 años cuando mi amigo Gabriel me mostró lo que le habían traído sus abuelos de “la Capital”. Eran unos comics de Thor. Los leímos en menos de 15 minutos y queríamos saber cómo seguía la historia de la manera más urgente posible: no podíamos esperar un mes hasta el nuevo número.

¿Por qué hago esta introducción para hablar de Avenger:Infinity War? Por que por primera vez en la historia del MCU estamos frente a una película que se siente más Marvel Comics que nunca. Y eso es lo mejor de Infinity War.

En el transcurso de sus casi tres horas, Infinity War cumple en gran medida con las expectativas que teníamos puestas en la película. Durante 10 años, Marvel logró algo que nunca va a poder otro estudio: que todos nosotros, en mayor o en menor medida, queramos a sus personajes. A Tony Stark, a Steve Rogers, a Thor y hasta a Black Panther. Esta es la verdadera década ganada.

Avengers Infinity War: El destino finalmente llega

El primer gran acierto de los hermanos Russo es poner en pantalla una historia épica que nucleé las 18 películas previas del MCU. Sin importar cuán pequeño sea su rol, todos tienen aunque sea un momento en pantalla; una línea que decir y hasta los que no aparecen son nombrados para que sepas que fue de su suerte.

El problema es que a diferencia de Thor: Ragnarok o las películas de Guardians Of The Galaxy, Infinity War no es una comedia. No puede serlo. La amenaza inminente es demasiado grande. La película abre con una secuencia de acción oscura que nos sumerge de lleno en lo que viene: no vamos a vivir un momento de alegría. Es el principio del fin, e inmediatamente establece a Thanos como un villano casi indestructible e inolvidable.

Avengers Infinity War: El destino finalmente llega

Esto es la segundo más importante: Infinity War es más una película de Thanos que una película de Avengers. Casi podría funcionar como una origin story del Mad Titan. Él único fin de Thanos es exterminar a la mitad del universo pero, en esta ambiciosa tarea (?), no quiere favorecer a ninguna raza o especie, sino que quiere elegir a los condenados y los sobrevivientes al azar, con un chasquido de sus dedos. Para poder cumplir este objetivo necesita conseguir las piedras del infinito y nuestros Vengadores son el último escollo en su camino.

Infinity War es más una película de Thanos que una película de Avengers.

Josh Brolin está increíble como Thanos, logra (como corresponde) ser el mejor villano del MCU, y le impone al personaje un majestuoso aire de inevitabilidad. La historia de Thanos también le permite a Zoe Saldana brillar en el papel de Gamora, dándole mucha más humanidad y propósito que lo que mostró en las películas de Guardianes.

Avengers Infinity War: El destino finalmente llega

Más en el plano terrenal, los otros dos actores que se destacan son Robert Downey Jr, que logra reconectar con la esencia de Iron Man después de dos películas en las que solo destilaba soberbia. El otro es Chris Hemsworth, quien interpreta a un Thor dolido, con ánimo de venganza, pero que nunca pierde el humor que mostró en la última película, y junto con los Guardianes y algo de Spider-Man se llevan todas las risas. Aunque no nos equivoquemos: ésta es una película de tristeza y pesimismo.

Avengers Infinity War: El destino finalmente llega

Por último, sin ánimo de caer en spoilers, Infinity War nos da el momento más impresionante y shockeante de la historia del cine de superhéroes. En ese sentido, es como The Empire Strikes Back, que culmina en una manera brillante y traumática a la vez. Toda la historia del MCU podría terminar en esta película y sería un buen final, no necesariamente feliz, pero un digno para estos 10 años.  

Hoy, por primera vez en mucho tiempo, tal como me pasaba cuando leía los cómics, no puedo esperar para ver qué pasa después. En lo que me van a mostrar en el próximo número. Por suerte solo falta un año.