Luego de la abultada derrota que sufrió a manos de Axel Kicillof en las elecciones primarias de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal realizó una fuerte autocrítica, lanzó propuestas para remontar la brecha en octubre y pidió, dada la coyuntura actual, poner en primer lugar el bienestar de los ciudadanos.

"Hoy el mundo nos dio un mensaje que tiene que ver con la probabilidad más baja de que Cambiemos siga gobernando y más alta de que gobierne el Frente de Todos. Tenemos que ser todos más responsables que nunca y poner en primer lugar el bienestar de los argentinos y de los bonaerenses. Creo que los argentinos no queremos volver a situaciones del pasado en términos de poner en riesgo la gobernabilidad", indicó la gobernadora.

La reflexión obedece a un horizonte que asoma complejo para el país. Con los resultados oficiales sobre la mesa, el dólar saltó de $46 a $61 -cerró la rueda en $57- y las acciones y los bonos argentinos se desplomaron en Wall Street. Por decantación, la inflación se acelerará en el último trimestre y volverá a golpear los ya maltrechos salarios reales. No obstante, en este escenario, el actual gobierno podría ser la primera administración no peronista desde el retorno de la democracia en terminar su mandato. Allí apuntó Vidal.

Tras la caída electoral, el oficialismo había limitado su comunicación a un breve discurso de Macri en el escenario de Costa Salguero, el búnker emblema del PRO. La conferencia de prensa de la mandataria bonaerense, el día después, distó del entusiasmo presidencial de cara a octubre.

Pese a vencer en el interior del distrito -en la quinta, sexta y septima sección electoral-, y en municipios de la zona norte, como San Isidro y Vicente López, los guarismos de Kicillof en la primera y la tercera sección -las de mayor injerencia- fueron abrumadores. "Vamos a reforzar la presencia del gobierno de la Provincia, con todos los referentes sociales", sostuvo. 

En consonancia con la mayoría de las consultoras de opinión pública, en su entorno esperaban una derrota, pero con un techo de 8 puntos. La distancia fue de 16%. La mala imagen del primer mandatario en el conurbano dinamitó cualquier posibilidad de competir palmo a palmo con Kicillof y el corte de boleta, cercano al 4%, apenas recortó la inobjetable diferencia.

Autocrítica y  gobernabilidad: la reflexión de Vidal (el día después)

"La elección de ayer nos está diciendo que tenemos que escuchar más, incrementar nuestros encuentros, nuestras oportunidades de acercamiento, cambiando lo que haya que cambiar. Hubo bonaerenses que nos dijeron 'esto no es lo que esperaba'", afirmó Vidal, quien, pese al perjuicio que le generó no desdoblar sus comicios de los nacionales, aseguró que fue una decisión bien tomada para priorizar recursos en la Provincia.