En medio de la negociación por el Presupuesto 2019, que vislumbra un desenlace positivo para las ambiciones económicas del Gobierno, la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, sembró interrogantes respecto a la posibilidad de que se adelanten los desembolsos previstos para 2020 y 2021, pretendidos por el Ejecutivo para obtener financiamiento de cara al año electoral.

La comitiva presidida por Nicolás Dujovne se había retirado la semana pasada de la ciudad de Washington con una sonrisa, luego de encaminar las negociaciones con el organismo multilateral y el guiño a la política financiera adoptada por Macri que destacó el mandatario estadounidense, Donald Trump. Sin embargo, en simultáneo al cónclave oficialista con los gobernadores en la Casa Rosada, la titular de la entidad económica alertó por la incertidumbre en el convenio.

Christine Lagarde condicionó el adelanto de desdembolsos correspondientes al 2020 y 2021, a la ejecución de medidas serias que garanticen claridad y transparencia.

"Si el Presidente incluye reformas serias en su plan, entonces lo veremos, evaluaremos el impacto en la situación macroeconómica de la Argentina, determinaremos la sostenibilidad de la deuda y trabajaremos con ellos", sentenció Lagarde en declaraciones al diario Financial Times, y provocó preocupación en la administración nacional.

En un contexto de escepticismo sideral en los mercados, que tras fallas comunicacionales del Presidente y del jefe de Gabinete provocaron una corrida cambiaria devastadora -el dólar pasó de cotizar $32 a $42 en solo una semana-, la vacilación de la directora del FMI lejos está de ser el gesto de confianza esperado por el oficialismo.

Apura Lagarde a Macri y condiciona el adelanto de fondos

"Claridad" y "transparencia" fueron denominadores utilizados por Madamme Lagarde para referirse a lo que pretende de Argentina. El problema que este recelo genera para Macri, es que se encuentra supeditado al anticipo de las erogaciones extranjeras para encauzar su tormentoso Gobierno. El Gobierno se comprometió con el organismo a realizar un ajuste de, como mínimo, $300 mil millones, para alcanzar el equilibrio fiscal.

Una negativa del Fondo -algo que no parece una posibilidad concreta-, atentaría contra el destino del país, que adoptó la toma de deuda como método de financiamiento, incluso en los prósperos pasajes del primer semestre del 2017. Un déficit que el Gobierno heredó en un 53% del PBI y que hoy ya representa el 82%. Mientras tanto, las clases media y baja padecen una devaluación del peso de más del 100%, su impacto en las tarifas de bienes y servicios, y una inflación que triplicará a la inicialmente estipulada.