Ricardo Alfonsín aprovechó la coyuntura de tensión entre la UCR y el PRO para colar en el debate, otra vez, su intención de que el radicalismo dispute las primarias de Cambiemos con un candidato propio y, aunque no abandonó la alianza, profundizó sus diferencias con Mauricio Macri hasta volverlas insalvables.

Que Alfonsín reclama que la UCR tenga candidato propio no es una novedad. Que está disconforme con el rol que ocupa su partido en Cambiemos, tampoco. Lo que sí es una novedad es que el partido que conduce a nivel nacional Alfredo Cornejo decidió pisar el acelerador y enfrentar, con las encuestas y las cifras de la economía en la mano, los lineamientos que desde la Casa Rosada baja Marcos Peña.

En ese contexto, en diálogo con El Destape Radio, el dirigente radical insistió con su postura, que afirma que es mayoritaria en el partido, y desafió al macrismo: "Hoy la mayoría de los miembros de la UCR queremos tener un candidato propio, y el PRO no puede oponerse". Incluso fue más allá, al afirmar que si gana la UCR no aplicará "las políticas de ajuste de Macri".

La idea de llevar un candidato propio creció en la consideración de los líderes del radicalismo en las últimas semanas, dada la creciente imagen negativa del presidente y de los números en rojo de la economía, que amenazan con profundizar ese cuadro de rechazo a la gestión de gobierno. Por eso, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, apuró un pacto con Cornejo para cederle a la UCR varias candidaturas a gobernador en el interior. El mendocino respondió con la intervención del partido en Santa Fe y la ruptura de la alianza con el socialismo, en una provincia clave para la elección nacional.

Buscan Frigerio y Cornejo apaciguar el enojo radical con candidaturas "low cost" en el interior

Pero el malestar en las bases radicales es creciente. Los dirigentes que piden que Martín Lousteau se presente como rival de Macri en las PASO son cada vez más y el economista empieza a pensar en la posibilidad: sabe que puede ser su chance. Sin embargo, se mantiene en silencio y, por ahora, solo pretende disputarle la jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a Horacio Rodríguez Larreta. Pero para agosto falta mucho tiempo.