La polémica por la transparencia en el fútbol provocó una grieta que está en estado de ebullición. “No hay nada que sospechar”, lanzó Daniel Angelici, presidente de Boca, y buscó poner paños fríos a los escándalos por los arbitrajes en el mundo de la redonda.

“Hay que bajar los decibeles”, dijo el mandamás del xeneize, quien también confirmó la final de la Supercopa Argentina con River. Y, en una especia de chicana, lanzó: “Están todos muy sensibles”.

“Los árbitros se equivocan: a veces te quitan y a veces te dan. Yo no hablé cuando sentí que a Boca lo perjudicaron. El árbitro convive con el error”, añadió, y ensayó una férrea defensa contra la Asociación del Fútbol Argentino (él es el vicepresidente) frente a los cuestionamientos por supuestos beneficios para el conjunto de la Ribera.

Lo cierto es que la antesala del superclásico ante el Millonario llega con un manto de especulaciones, críticas y sospechas sobre lo que pueda pasar más afuera que adentro de la cancha. El presidente del Millonario, Rodolfo D´Onofrío, dará una conferencia de prensa para explicar la posición que tomará el equipo de Gallardo de cara al choque del 14 de marzo en Mendoza.

"Es un partido importante, pero esto es un juego, es algo muy lindo y hay que tratar de disfrutarlo”, cerró Angelici, en una sintonía totalmente diferente a la de los clubes grandes del fútbol. En el fútbol, al menos por estos días, se abrió una grieta que será difícil de cerrar.