En medio de los incipientes reclamos del fùtbol femenino para que se profesionalice la actividad en Argentina, Macarena Sánchez, la mayor exponente de la lucha, fue amenazada de muerte luego de intimar al club UAI Urquiza -que la despidió a principios de enero- para que reconozca el vínculo laboral que mantiene con ella.

La desvinculación del club con el que ganó cuatro campeonatos de Primera División le significó a la futbolista una imposibilidad para fichar con otro equipo por los próximos seis meses. Asesorada por tres abogadas feministas, dos semanas atrás le exigió a la AFA que garantice la relación de trabajo y que cumpla las normativas de FIFA respecto a los principios de no discriminación y de igualdad de género.

Sucede que al ser una disciplina amateur, los clubes del país no reconocen a sus jugadoras como trabajadoras. A raíz de su situación, la jugadora inició un reclamo en las redes sociales que concitó un aluvión de adhesiones y por el que este fin de semana los planteles de Boca, River, Racing y San Lorenzo decidieron visibilizarlo en la cancha, con pancartas bajo el lema "por un futbol femenino profesional".

Sin embargo, luego de su arremetida, Sánchez recibió una amenaza de muerte en las redes sociales. "Hace 20 años que juego al fútbol. Siempre viví exclusión y discriminación. Desde que inicié la denuncia de público conocimiento no paro de recibir mensajes con insultos y agravios, pero todo tiene un límite. Hoy me llegó este mensaje", redactó en Instagram y Twitter.

"Maca, hay muchas perdonas enojadas por tus denuncias. Hay bastante dinero por tu cabeza…Vas a morir muy pronto", fue la cobarde amenaza, efectuada desde el anonimato, por el usuario @PuchaDeMachi. Al texto lo acompañó una imágen de una pistola y manchas de sangre. La reacción de los seguidores de la santafesina fue inmediata, con múltiples muestras de respaldo.