El presidente Alberto Fernández tuvo un fuerte cortocircuito con el canciller Felipe Solá por un tuit que publicó su cartera. "Argentina desea fortalecer las relaciones y que se respete a los organismos multilaterales. Espera también que no se apueste a la desunión de nuestras naciones como en la etapa anterior", disparó el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto contra el nuevo mandatario de Estados Unidos, Joe Biden.

El malestar de Fernández no tardó en llegar hasta Esmeralda 1216, donde está el Ministerio que lidera el ingeniero agrónomo. Los pedidos de explicación por parte de los voceros de Fernández a Solá sucedieron cuando vieron el polémico tuit.

La postura de la Cancillería dista enormemente de la manera en que el presidente felicitó al demócrata por su asunción al poder. Mientras que el Ministerio no se mostró "político" y a favor de la recomposición de los lazos de Argentina con Estados Unidos, Fernández sí actuó de ese modo.

"Estoy seguro de que en esta nueva etapa el vínculo entre nuestros países se fortalecerá. Les deseo a ambos mucha suerte", escribió el mandatario en su cuenta de Twitter cuando Biden juró el pasado miércoles.

Fernández fue más allá del saludo por la red social del pajarito y le envió una carta. "El Gobierno de la República Argentina se encuentra listo y esperanzado en poder cimentar con su administración una agenda de trabajo compartida, creativa e innovadora que ponga énfasis en el futuro y esté nutrida de valores comunes", dice el segundo párrafo.

La comunicación el mandatario y el canciller está rota y parece imposible de repararse. La otra crisis diplomática que los enfrentó fue que Solá mintió en una entrevista sobre una charla que mantuvo Fernández con Biden.

Cuando el mandatario argentino recibió la transcripción de sus declaraciones públicas se quedó helado. Desde ese momento está muy lejos (y cada vez más) del canciller.