"Los filtros de un avión generan un aire puro permanente, un ambiente absolutamente aséptico que simula la situación de un quirófano", sostuvo el ministro de Transporte, Mario Meoni en una entrevista esta semana. Mismo criterio tiene la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, en inglés) sobre la existencia de aire limpio en los aviones. 

El organismo aseguró en un comunicado que los aviones que cuentan con filtros especiales de alta eficiencia (HEPA, en inglés) tienen un rendimiento parecido a los usados para que el aire esté limpio en los quirófanos de hospitales y salas blancas (con bajos niveles de contaminación) industriales.

La verificación de la declaración la hizo Chequeado, quien comprobó que los aviones argentinos tienen un sistema de aire acondicionado que incluye los filtros HEPA. Estos eliminan más del 99% de las partículas microscópicas, como bacterias y virus, de los aviones.

El sistema de aire de la cabina opera de manera más eficiente al entregar el 50% de aire exterior y el 50% de aire filtrado y recirculado. Esto proporciona entre 15 y 20 pies cúbicos de suministro de aire total por minuto por persona en clase económica. Lo cual implica que el suministro de aire total sea estéril y libre de partículas.

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Todo el tiempo circula aire en la cabina, lo cual implica que el aire siempre entra y sale continuamente. Además, la circulación permite llevar un control de temperatura y minimiza la temperatura dentro de la cabina.

Con el regreso de los vuelos de cabotaje al país, la lupa está puesta en los protocolos de seguridad e higiene. Durante los vuelos no habrá mantas, almohadas, auriculares, servicio de snacks ni revistas. Además, el viajero deberá usar un barbijo de tres capas que le dará la aerolínea.