El fin de semana saldrá a la venta el libro "Hermano", de Santiago O´Donnell -autor de ArgenPapers-, que promete generar un gran revuelo en el clan familiar Macri. El periodista publicó hoy un adelanto del nuevo texto de Editorial Sudamericana que detalla algunos de los vínculos conflictivos entre Mariano y Mauricio.

Algunos pasajes destacados del anticipo:

¿Por qué motivo el hermano de Mauricio Macri brindó alrededor de 17 horas de entrevista para contar su interna familiar?

Mariano dice que rompe el silencio por tres razones.

Primero, por su salud mental. Lleva trece años de enfrentamientos con Mauricio en reclamo de que le pague un precio justo por su parte del paquete accionario y lo deje seguir su vida personal y empresarial de manera independiente. En su relato, describe cómo durante todos estos años el mayor lo ha sometido a toda clase de humillaciones, ninguneos y falsas promesas. Dice que necesita sacarse el peso de encima acompañando sus acciones en la justicia con un testimonio para que sus hijos, sobrinos y descendientes conozcan la verdad, o por lo menos conozcan la contracara del falso relato de Mauricio, donde él se vende como un santo al servicio del país.

Los reclamos económicos de Mariano a Mauricio:

Hasta que sucede algo que me deja mudo. Mariano empieza a hablarle a Mauricio. Lentamente, en un ligero crescendo, con la voz firme, con enojo apenas contenido.

Mauricio, ¿vos me estás jodiendo? No te importó la salud del viejo, la angustia que el viejo vivió. ¿Te das cuenta, Mauricio? Tampoco te importó la enfermedad de mi hija. Tuve que acudir a mi primo Ángelo a pedirle plata porque el médico oncólogo del Fundaleu que me traía la droga de afuera me cobraba una fortuna y ustedes me dieron vuelta la cara, me habían cortado el grifo, me habían dejado totalmente seco. No logré siquiera que reaccionaran frente al episodio de cáncer de mi hija y tuve que recurrir a mi primo, que fue el que me ayudó. ¿Te das cuenta? Vos te fuiste en todo este proyecto tuyo de poder cuando para mí el proyecto era velar por el crecimiento de la gente y evitar que la empresa se fagocitara a la familia. Vos y yo somos de dos galaxias distintas.

Parece poseído, enajenado, la mirada fija en el celular como si le habla-ra a un fantasma que no lo deja en paz. Un recitado cadencioso y gutural, haciendo caer palabras como piedras, pausando para que aturdan. Cuando apago el grabador cuarenta minutos después lo veo respirar aliviado, liviano. Entonces entiendo.

La disputa por el legado del padre: 

A Mariano le duele y le enoja que Mauricio le eche todas las culpas a quien él considera un gran hombre, alguien que se jugó la vida por el desarrollo de Argentina y América Latina generando empleo y crecimiento con transparencia y visión estratégica, asumiendo grandes riesgos. Un hombre a quien Mariano describe como duro, austero, de “hacer” en vez de “ser”. Mientras Mauricio, para su hermano menor, es todo lo contrario a su padre: un ser opaco, egoísta, avaro y falso.

Los maltratos del expresidente:

Tercero, Mariano siente que el mismo abuso y maltrato que él recibió de Mauricio a nivel familiar el pueblo argentino lo sufrió a nivel político. La misma desilusión, la misma estafa. Para Mariano, Mauricio es un ídolo con pies de barro. Y él, que lo conoce mejor que nadie, siente la obligación ética, el deber social y el imperativo moral de desenmascararlo.

El libro y la presión por un acuerdo económico:

Quedamos en que yo le iba a preguntar lo que quisiera e iba a ser dueño del material, y que nuestra relación iba a ser de entrevistador y entrevistado. Quedamos, también, en que no haría nada si no me interesaba lo que decía o si sentía que no decía la verdad, pero, si avanzábamos pasado cierto punto, si revelaba información comprometedora, tenía que publicarla sí o sí, porque si no yo podía quedar expuesto como un extorsionador que había negociado su silencio. En ese aspecto Mariano fue muy generoso, ya que me invitó a apurar el proyecto para que, en caso de que llegara a un acuerdo económico con su hermano y ese acuerdo incluyera una cláusula de confidencialidad hacia adelante, no pudiera anular ni silenciar información que ya no estaba en sus manos, sino en las mías.