Esta ecuación cerró en los cuadernos desde que Alfonso Prat Gay asumió como ministro de Hacienda y Finanzas y Federico Sturzenegger era titular del Banco Central. Ingrediente clave de la receta gradualista, el empate entre recaudación y déficit se posterga y el crecimiento aparece siempre como una variable en el horizonte. En tanto, otra corrida cambiaria podría llevar la deuda a niveles cercano al PIB total del país y transformaría a los intereses de la misma como algo impagable, sobre todo en un contexto internacional en el que nadie presta a los emergentes y todos acuden al Tesoro de Estados Unidos, que planea seguir subiendo su tasa y desalienta el desembarco de capitales en la economía en terapia intensiva de Macri.