En la gestión de Cambiemos el Fondo Monetario Internacional volvió a ser un aliado estratégico y clave para establecer las metas económicas. Sin embargo, el FMI le puso un límite a la proyección que el Gobierno pretendía del 15 y subió cuatro puntos su estimación para este año: 19, 2 %.

Incluso, hace exactamente un mes, la Argentina recibió a Christine Lagarde, titular del FMI, después de más de 15 años sin visitas oficiales por parte de ese organismo. "Se podría definir a Macri como un liberal por su visión económica, pero él está claramente enfocado en reducir la pobreza”, lanzó durante su estadía en el país.

Hoy, 30 días después de su paso por Argentina, la entidad que presidente Lagarde se encargó de legitimar lo que hasta ahora es un secreto a voces y los funcionarios proponen en la mesa chica: acomodar la meta inflacionaria a niveles cercanos al 20 por ciento.

Aunque públicamente la estrategia de Cambiemos sea insistir en el 15 con el objetivo de cerrar las paritarias de camioneros, docentes y bancarios en un número parecido, el equipo económico reconoce en off que esa proyección "es imposible de sostener y que probablemente se supere el 20”.

¿La estimación del FMI es un golpe a la credibilidad del Gobierno o es un sincericidio legítimo del organismo preferido de Marcos Peña y Durán Barba? Hasta el momento, al menos frente a los micrófonos, en Cambiemos no tienen pensado modificar la proyección inicial del 15%.

Incluso hoy, el jefe de los ministros alentó a colaborar con esa meta y afirmó que "lo más complejo de la inflación ya pasó”. A pesar de que abril y mayo serían meses de cifras similares a marzo (2, 3%), la ilusión de Peña es que luego haya una "importante merma” para convencer a los especialistas económicos y el FMI que vislumbran otro escenario.

Otro golpe del FMI

En sus nuevos pronósticos para el país, el Fondo también recortó al 2% su previsión de crecimiento para la economía argentina para 2018, medio punto por debajo de la estimación difundida a principios de este año.