Imparable. Mientras Nadal y sus compañeros de elite mundial recibieron duros cachetazos, el presente de Roger Federer es bien distinto. Siempre saca algo de la galera. En el Abierto de Australia no fue la excepción: ganó en el Abierto de Australia y se metió en las semifinales.

El suizo venció a Tomas Berdych por 7-6, 6-3 y 6-4 en dos horas y quince minutos.

El cinco veces campeón en Melbourne había iniciado en desventaja, pero con mente fría y golpes precisos logró revertir la situación y conseguir un triunfo clave.

La próxima parada de Federer es totalmente incierta. El actual N°2 del mundo se cruzará en semifinales con el surcoreano Hyeon Chung, quien derrotó al norteamericano Tennys Sandgren y viene de eliminar a Djokovic. Toda una sorpresa en el circuito.