Mientras el Gobierno nacional y la oposición extienden la disputa política por el nuevo método de contabilización de muertes que presentó la provincia de Buenos Aires, el brote del Covid-19 transita el momento más álgido a nivel nacional y agudiza su impacto en el interior del país. En la mañana de este lunes, el Ministerio de Salud de la Nación informó que en la última semana, el promedio de casos diarios en la Argentina ascendió a 10.161 positivos, uno de los guarismos más altos desde la llegada de la pandemia.

En este contexto, el informe desagregado de la cartera sanitaria consolida una tesis que ya asomaba la semana pasada: la incidencia del nuevo coronavirus se aleja progresivamente del Área Metropolitana de Buenos Aires y se traslada a las provincias, con mayor impacto en las grandes ciudades.

En el último parte de los contagios, el 40,4% de los 8.841 positivos correspondió a la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, contra un 59,6% del resto de las jurisdicciones. Dos semanas atrás, la comparación entregaba un 52% de casos diarios en la región metropolitana y 48% en las otras 22 provincias.

El escenario de la Ciudad de Buenos Aires, primer nodo urbano donde se diseminó la pandemia, es por demás alentador. El distrito porteño reportó esta mañana 659 infecciones y desde hace 9 días se mantiene por debajo de los 1.000 contagios diarios. Hace dos semanas, el promedio se ubicaba entre los 1.100 y 1.300 positivos, según consignaba en sus habituales conferencias de prensa el ministro de la Salud, Fernán Quirós.

En el arranque de esta semana volvió a bajar la ocupación de camas de terapia intensiva, que se ubica en el 48% en los hospitales públicos. En tanto, también disminuyó la tensión de las camas generales -para pacientes moderados- al 35,07% mientras que las plazas disponibles en sanatorios, hoteles y centros de resguardo para personas con cuadros leves de la enfermedad es del 20,02%. No obstante, la tasa de letalidad en CABA sigue siendo más alta del umbral nacional, que marca 2,2%: 2,70%, con 3.399 personas fallecidas sobre el total de infectadas.

En la provincia de Buenos Aires el escenario a la baja se replica en los distritos metropolitanos, pero no así en los departamentos del interior. En las últimas horas, el jefe de Gabinete, Carlos Bianco, expresó que "en el AMBA hay una tendencia a la caída en las últimas tres semanas, hay que ver si se consolida". Mismo diagnóstico trazó este lunes la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti. El ministro bonaerense, Daniel Gollan, habló de "buenos indicadores", pero pidió "esperar más tiempo" para ir hacia "flexibilizaciones quirúrgicas". Cabe recordar que el aislamiento social, preventivo y obligatorio fue prorrogado hasta el domingo 10 de octubre.

Un caso testigo del aumento por fuera del AMBA lo constata la ciudad de Mar del Plata, que posee 3.265 casos activos de coronavirus y, además, sufre una desocupación histórica del 26%, un índice incluso mayor al de la crisis de 2001. En este marco, los dueños de gimnasios, natatorios y estudios de danzas y pilates anunciaron que el miércoles abrirán sus puertas aunque no estén autorizados. "Es la peor crisis de la historia", reconoció el intendente Guillermo Montenegro.

Tras conocer el último reporte, las cifras provocaron sonrisas en las autoridades de la Provincia: sumó 2.947 infecciones, una estadística inédita por lo baja. Es que a comienzos de la semana anterior -suelen informarse menos casos producto de la menor actividad en el fin de semana- el distrito más populoso del país había registrado 3.600 casos, un dato que el lunes pasado había envalentonado las esperanzas. La letalidad bonaerense también es mayor al promedio general: 3,2%, luego de la actualización del conteo.

En el interior del país, las provincias más golpeadas en las últimas semanas son Santa Fe, Córdoba, Mendoza y Tucumán. En el parte de contagios más recientes, Córdoba sumó 1.577 positivos y acumula 29.210 desde la llegada de la pandemia. Este sábado, el distrito que gobierna Juan Schiaretti había acumulado 1.867 casos, un récord inédito que movilizó a las autoridades a pedir asistencia sanitaria.

Santa Fe mostró una baja respecto al promedio semanal, con 944, pero el total de infecciones es mayor que en Córdoba: 36.795. Además, Rosario cuenta con muy pocas camas de terapia intensiva disponible y ya debió recurrir ayuda al AMBA por médicos y respiradores. En Mendoza, que este domingo sumó 558 contagios, la ocupación de camas críticas es del 77%.

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Polémica por el conteo de fallecidos

La puja entre el oficialismo y la oposición por las "dudas" que sembró la actualización de 3.523 muertes en la provincia de Buenos Aires y la descentralización del territorio respecto de la contabilización a nivel nacional acapararon la agenda del Covid-19 en el inicio de la semana.

"Ya lo explicaron bien Máximo (Kirchner) y (Daniel) Gollán, pero algunos quieren seguir viendo fantasmas. Es mucho más sencillo: la Provincia está a disposición de la Ciudad de Buenos Aires y de todas las provincias para abastecerle los sistemas para que más rápidamente podamos conocer las estadísticas de la pandemia. No venimos a esconder, no venimos a ocultar, venimos a mostrar para solucionar. Eso es lo que se hizo", se quejó este mediodía el gobernador Axel Kicillof, en un acto con Alberto Fernández.

Por su parte, el ministro de la Salud porteño, Fernán Quirós, justificó la demora en la carga de los datos provinciales. "Son naturales en este tipo de pandemia, las autoridades bonaerenses lograron encontrar una manera de identificar cuál es esa demora y los faltantes. Todos tenemos que mejorar para mantener actualizado el reporte", manifestó.

Quien no tuvo la misma visión sobre la temática fue el intendente de Vicente López, Jorge Macri, que calificó como "un baldazo de agua fría" a la actualización de los decesos en la Provincia. "Ha habido una mala administración de los datos y una manipulación en cuanto que se cambiaron las metodologías", afirmó, en diálogo con Radio Rivadavia.

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El funcionario, que ha aumentado los dardos hacia el gobernador luego del recorte de la coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires para financiar el aumento salarial a la Policía bonaerense, cerró: "En Provincia se tiñó todo del objetivo de culpar a otros y decir que la Ciudad siempre estaba peor".